El llamado Barrio Chino ocupa poco más de 4 cuadras en Belgrano, a pocos metros de las Barrancas, pero no necesita más: en ellas concentra todo su potencial y atractivo. Se extiende por la calle Arribeños, desde Juramento hasta Olazábal y en Mendoza entre la vía y Montañeses. También hay algo en otras cuadras, pero en estos sectores es donde se suceden los negocios. De hecho, desde hace unos años, en la intersección de Arribeños y Juramento se levanta un gran arco de bienvenida, al estilo oriental.
Uno de los atractivos son los numerosos locales donde se puede comprar todo tipo de artículos, tanto adornos como vajilla, bijou y amuletos. También hay ropa (en especial, las casacas de raso con inscripciones chinas y cuello Mao), accesorios y numerosos objetos de decoración, como lámparas de papel, guirnaldas, figuras de animales, fuentes de feng shui, sombreros de bambú, ojotas de madera y todo tipo de masajeadores de madera. Sí, el clásico gatito de la fortuna que sube y baja la mano, también.
Otro de los imanes del Barrio Chino de Belgrano es su oferta gastronómica, donde se puede comer la comida cantonesa china, la más difundida en nuestro país. En todos los restaurantes se pueden pedir platos y postres típicos, nada de cocina fusión ni panera: si quiere hidratos, le servirán un cuenco de arroz blanco, sequito, en el punto justo, con el grano bien separado. A estos se han agregado en los últimos tiempos, además, puestos al paso, para comprar comida rápida, en general variedad de brochetes, como los pinchos de pollo agridulce, que permite degustar delicias de la cocina regional china a un precio más que accesible.
Pero además de las casas de comida están los almacenes y supermercados, donde no solo se encuentran productos importados de Oriente, sino la más amplia variedad de productos gourmet. De hecho, la mayoría de los grandes chefs compra verduras y frutas exóticas en el comercio Casa China (Arribeños 2173, entre Juramento y Mendoza) y pescado en el supermercado Asia Oriental (Mendoza 1650, entre Arribeños y Montañeses). En el primero además hay tés traídos de Oriente e infusiones y dulces de toda la Argentina, como en pocos lugares. En el supermercado, además, hay una barra para comer las delicias chinas, como en un bar del microcentro. Otro lugar digno de visitarse es Buddha Ba (Arribeños 2288), una casa de té que también cuenta con restaurante, además de un jardín oriental y galería de arte.
Además, para los amantes de las medicinas alternativas hay varios locales de medicina china, con técnicas milenarias, masajes descontracturantes y reflexología oriental. También merece destacarse el Templo Budista Tzong Kuan (Montañeses 2175). Si bien se puede visitar durante la semana, los domingos se realizan ceremonias abiertas al público y meditación.