En 1983, el Taj Mahal, un hermoso mausoleo de mármol blanco construido en el siglo XVII en Agra por un emperador herido de amor, fue declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Millones de turistas visitan por año la India para poder recorrer sus jardines y contemplar sus salones; para repasar su historia y sentir la majestuosidad de sus castillos; para ver y apreciar, en todo su esplendor, esa “joya del arte musulmán” que el poeta Rabindranath Tagore describió como “una lágrima en la mejilla del tiempo”. El Taj Mahal resume, en sus piedras y en su aura, lo mejor de la historia, la arquitectura, la cultura y el amor.
De tragedia y amor.
La primera vez que Sha Jahan vio a Arjumand fue en un bazar. Él estaba destinado a ser el quinto emperador mogol. Ella era una princesa persa de 15 años, hija del Primer Ministro de la Corte. Mientras él paseaba con un grupo de cortesanos, ella se probaba collares de cristal. En ese momento, sus destinos se cruzaron. Él quedó tan embelesado con su belleza que inmediatamente supo que quería casarse con ella. Cinco años después, en 1612, ella se convirtió en su tercera esposa. Desde ese momento fue su preferida. Tanto la quería que la bautizó Mumtaz Mahal, “Joya del Palacio”.
Sha Jahan y Mumtaz Mahal se amaban con locura: él la llenaba de regalos mientras ella lo apoyaba y acompañaba en sus campañas militares. Hasta que un día de 1631, luego de parir a su decimocuarto hijo, una niña a la que llamaron Gauhara Begum, ella murió en los brazos de su amado. Antes de partir, Mumtaz le pidió a su rey que se casara otra vez, que fuera un buen padre con sus hijos y que visitara su tumba cada año en el aniversario de su muerte. Desolado, Sha Jahan alcanzó a hacerle a su mujer su última promesa: construiría el más majestuoso mausoleo sobre su tumba, donde en algún momento se reencontrarían para compartir la eternidad.
Promesas cumplidas.
El mismo año de la muerte de Mumtaz, en la ciudad de Agra y a la vera del río Yamuna, comenzó la construcción del Taj Mahal. Más de 20 mil hombres, ayudados por mil elefantes, trabajaron en las 17 hectáreas que ocupa el conjunto amurallado de edificios. Allí están el famoso mausoleo de mármol blanco, una mezquita, una casa de invitados y una extensa zona de jardines. De estilo mogol, su diseño combinó expresiones tanto de la arquitectura islámica como de la persa, la india e incluso la turca.
Para levantar el Taj Mahal se utilizaron los mejores materiales. El mármol blanco de sus paredes fue trasladado exclusivamente sobre elefantes desde las canteras de Jodhpur. Las piedras preciosas que decoran el lugar también se mandaron a buscar: el jade y el cristal son de China, las turquesas del Tibet, el lapislázuli de Afganistán, la crisolita de Egipto, la ágata de Yemen, los zafiros de Ceylán, las amatistas de Persia, el coral de Arabia, la malaquita de Rusia, el cuarzo del Himalaya, los diamantes de Golconda y el ámbar del océano Indico. Cuando Shah Jahan murió, fue sepultado junto a su esposa. Había pasado sus últimos años de vida contemplando desde el Fuerte Rojo la tumba de su amada.
Hoy en día, el Taj Mahal es una de las siete maravillas del mundo. El mausoleo, emplazado en un jardín simétrico típicamente musulmán, está cruzado por un canal escoltado por dos filas de cipreses y es allí, en las aguas quietas del gran estanque, donde se refleja su imagen más imponente. Además, la estructura de mármol es capaz de reflejar, dependiendo de la hora y la incidencia de la luz solar, más de diez tonalidades de colores distintos. Un espectáculo hipnótico para el placer humano.
Dentro del edificio, los visitantes pueden acceder a la cámara mortuoria. Las tumbas están rodeadas de finas paredes de mármol con incrustaciones de piedras preciosas, muchas de las cuales filtran la luz natural otorgando más belleza al lugar. Como decoración, en muchos sectores del Taj Mahal se pueden leer partes del Corán. También hay figuras geométricas abstractas y reminiscencias de la naturaleza. Los pisos, por su parte, fueron realizados con mosaicos de colores. Afuera, el jardín que abraza la construcción, según el islam, simboliza el paraíso.
Datos útiles.
Cómo llegar: Desde Delhi se puede llegar a Agra por avión. El tren es una gran opción porque, además, conecta Agra con muchas otras ciudades de India. Si el plan es llegar en auto, Agra está conectada a Delhi por la ruta NH-2 (204 kilómetros), a Jaipur por LA NH-11 (232 kilómetros) y Gwalior por la NH-3 (119 kilómetros).
La entrada: Se puede acceder a través de las puertas Oeste, Sur y Este. Para los turistas extranjeros, el precio de la entrada es de 1000 rupias. Los menores de 15 años ingresan gratis. El Mausoleo está cerrado al público los días viernes.
Cuando ir: En verano, la temperatura en Agra alcanza los 45 grados. Es por eso que se recomienda visitar el Taj Mahal en los meses de otoño o invierno.