Una obra «a construir» de a dos. Para profundizar el lazo entre madre e hijo/a y desarrollar la creatividad conjunta. De eso se trata “Este libro lo hacemos vos y yo” (Editorial Albatros), que reúne propuestas de collage, dibujos, recetas, calendario familiar, proyectos para reciclar… Un montón de ideas para para crear una rutina semanal, recuperar saberes de las abuelas, reconsiderar la riqueza de hacer con las propias manos, para compartir momentos juntos sin temer a la improvisación.
“El espacio compartido no es sólo valorable por el juego o el lazo que se crea, sino porque es el mejor modo de encontrar un espacio de conexión para conocerse, transmitir mensajes, crear diálogos… Es allí donde todas las preguntas directas que no encuentran respuesta, de pronto, la tienen. La charla cuando se comparte una actividad que realmente conecta, que los tiene a ambos allí en ese momento, presentes, hace que todos bajen la guardia, que no haya sermones ni retos, sino un intercambio subyacente de valores y saberes”, dice la autora.
-¿Cómo nació el libro?
–El libro nació naturalmente porque en casa compartimos mucho tiempo haciendo, reciclando, inventando, cocinando… Es el momento que nos reservamos para generar algo nuevo, experimentar en la cocina, preparar algún regalo para los amigos…
-¿Hacer cosas con los chicos ayuda a conectarse mejor?
–Creo mucho en las energías de las cosas y el encuentro que hay allí. Me parece que se producen muchas cuestiones en esos momentos: el compartir, el charlar, el enseñar haciendo, el transmitir una costumbre, el de entender el trabajo que algo requiere, la paciencia, el amor por lo que hacés, el valorar el esfuerzo tuyo y de otros…Creo también que son esas cosas que recordás con olor a niñez de grande.
-¿Es difícil encontrar el momento en este tiempo de locura?
-El lazo con tus hijos (o con cualquier vínculo) lo creás a diario. En este momento en que estamos todos pasados de cosas, tal vez tomarte un ratito para compartir un hacer juntos pequeño, lo que puedas, lo que se necesite, puede ser un lugar de encuentro grato para todos.
Aquí algunos tips para lograr ese tiempo compartido:
– Jugemos los dos. Aquello de tiempo de calidad es esencial. Pero no basta. Obligarse a algo no es muy efectivo. Jugar a la pelota o hacer rompecabezas si se hace de mal ánimo, no conecta. Buscar algo que los divierta a los dos.
– La agenda no es una mala palabra. Si el día a día es tan ocupado que la respuesta habitual es «no tengo tiempo para…», entonces agendemos.
– Entusiasmo para todo. Si lo que hoy se puede es compartir el lavado de la ropa (que para los chicos puede ser un desafío), plantearlo con alegría, con detalles para aprender, con sugerencias de en qué los más chicos pueden ayudar. Y, claro, tener paciencia. Enfoquemos: aprovechamos a hacer algo de la casa todos juntos.
– Práctica. El lazo no se hace en un día.
– Todo vale: juegos en la compu, las cartas, cocinar, andar en bici, ir al cine, arreglar algo en casa, ir de compras, ordenar el cuarto, hacer una manualidad, leer juntos…
– Contacto. Abrazo, juntos, beso, mimo, palmada de felicitación… Piel con piel, de acuerdo a la edad.
– Rutina: no puede ser un hecho aislado. Sí pueden ser distintas cosas, pero debe haber continuidad y frecuencia. La tonicidad es resultado del ejercicio.
– Balance de flexibilidad y firmeza: no ser tercos en imponer un proyecto propio para hacer juntos tal como a uno se le ocurrió. Un poco de adaptabilidad será bienvenido. Ser sagaz para terminar en plazo lógico, sin estar cambiando cada dos minutos. Insistencia a la hora de arrancar: a veces cuesta, pero hay que ponerle energía.
– No todo tiene que ser para ganarse un Oscar. Algunas cosas serán más divertidas o saldrán mejor que otras. Pero, en el fondo, esa no es la cuestión. Estamos allí para algo más.
CALENDARIO DE TALLERES GRATUITOS
- 14/6 en Ateneo Grand Splendid, Av. Santa Fe 1860
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- 28/6 en Yenni de Unicenter, Paraná 3745, Loc 1237, Martínez.