Desde el debut en 1992 como integrante de los adolescentes-jóvenes que acompañaban a Cris Morena en la exitosísima Jugate Conmigo pasaron 26 años y aquel chico de pelo largo y cara aniñada se convirtió en un galán de telenovelas, en un hombre de 43 años y en un padre de familia que cuando habla de sus hijos –tiene 3, uno de una primera pareja y dos con su actual mujer, la modelo Sabrina Rojas- es cuando más serio y a la vez emocionado se pone: “No tengo ddas de que es mi mayor éxito y es lo que no me esperaba”, dice.
Entre las decenas de novelas, tiras, participaciones que hizo, Lalola –que le dio un Martín Fierro por su labor cómica-, Valientes, Herederos de una venganza y Sos mi hombre son algunas de las más recordadas, pero también: Los ricos no piden permiso, Malparida, Ciega a Citas y Lo que el tiempo nos dejó, Campeones de la vida, Son amores, y Los Roldán, entre otras.
Nació en el barrio porteño de Villa del Parque y su papá fue arquero del Club Atlético Chacarita Juniors. Él también como arquero hizo las inferiores en Club Parque y en Argentinos Juniors hasta la Séptima división y llegó a ser pre-seleccionado de la Selección Argentina Sub-20.22 Es un aficionado del boxeo semiprofesional desde hace dieciséis años. En 2002 fue papá de Mateo, fue pareja de la locutora radial Elizabeth Vernaci con idas y vueltas y desde 2010 está con Sabrina Rojas, con quien formó una familia: tienen dos hijos, Esperanza (5) y Fausto (3). «Me emociono porque logré algo importante en la vida, que es un familia. Me costó un montón», aseguró el actor, que está por estrenar 100 días para enamorarse junto a Carla Peterson, Nancy Dulpáa y Juan Minujín, producida por Underground y Telefé. “Primero me encantó la historia y cuando me empezaron a nombrar al elenco… ¡Listo! Era muy tentador. Creo que es difícil para cualquier actor decir que no a un proyecto así”.
-¿Te costó hacer un obstetra?
-No tanto, tengo un amigo obstetra y observé un poco sus movimientos, en el consultorio y fuera del consultorio. Le hice algunas preguntas y listo. No busqué terminología ni nada. En una tira diaria, lo importante son las relaciones. Si esto va bien nadie se va a acordar de a qué me dedico: lo importante acá, el foco, está puesto en mi relación con Nancy. Ella es el amor de mi vida y tengo que cuidar y defender eso a muerte.
-Se encuentran varios actores que se conocieron solteros y sin hijos y ahora están todos…
-Sí, con Carla nos conocimos hace diez años y con Nancy hace muchísimo. Y sí, cambiaron mucho las vidas de todos. Antes todo era más lungo, más relax. Ahora todos queremos terminar de trabajar y volver a casa.
-¿Qué extrañás cuando estás trabajando muchas horas en una tira?
-Soy muy básico: me gusta compartir algún momento del día con mis hijos y mi esposa: sea la cena, o despertarme y poder llevarlos a la escuela, desayunar. Después de eso, soy un animal de laburo: son diez u once horas cada día y yo voy sin problemas, y laburo, laburo, laburo.
-¿Y el boxeo tiene lugar todavía?
-Sí, estoy por abrir un gimnasio nuevo de box pero estoy lejos. Y sí, por suerte mi hijo mayor –Mateo, de 16- está boxeando y eso me trae de nuevo. Así que ahí puedo despuntar el vicio.
-¿Te gusta que siga tus pasos en eso tu hijo?
–La realidad es que más allá de que me guste, yo no soy boxeador. Hice un par de peleas amateur, tengo un récord espantoso, y listo. Tengo pasión por el boxeo pero no es mi profesión. Y si mi hijo quiere ser boxeador, astronauta o lo que se le ocurra que quiera ser, yo lo voy a acompañar. Mientras sea buena gente, no pasa nada. Pero en cuanto sea mala persona, va a tener problemas con el padre.
-¿Te imaginabas cuando empezaste bailando en Jugate Conmigo este presente de galán protagonista?
-No, no, para nada. Yo soy un agradecido por todo lo que me fue pasando y lo que me sigue pasando. La verdad es que, a la edad que tengo, seguir siendo convocado como protagonista en una productora de primer nivel como es Underground y en un canal como Telefé, eso es impresionante para mí y lo vivo a conciencia. Entonces también lo disfruto.
-Tuviste que sortear muchos prejuicios para estar acá, ¿o no lo sentís así?
-Sí, pero eso fue al principio y creo que fue algo que no dependía tanto de los demás o de esta cosa de que me miraran con prejuicios. Yo siempre sentí que en todo caso, si yo quería dedicarme a esto, era yo el que tenía que demostrar y formarme y hacer. Yo jamás pensé en el medio y en los demás sino que siempre pensé en mí, en lo que yo quería, en lo que yo buscaba, en a dónde quería llegar. Yo empecé en el 92 y son 26 años: 26 años de casualidad no los tiene nadie, ni con mucha suerte. Entonces algo debo haber hecho bien.
-En lo personal, ¿te imaginabas formando una familia así o simplemente te sucedió?
-No, para nada, es algo que me pasó. Y que me pasó de la mejor manera. No lo buscaba. Yo pensaba que me iba a morir sólo con Mateo y, te digo la verdad, ni siquiera estaba preocupado por eso. Para mí estaba bien esa vida: Mateo era mi única pasión, era todo. Y no era un drama pensar que iba a estar toda la vida con mi hijo. Y sin embargo me sorprendió el amor: me enamoré, me casé, tuve dos hijos más… Cambió mucho mi vida y cambió para bien. La vida me dio más de lo que esperaba.
Texto: Ana Césari.