Hay dos cosas que a todos los chicos les encantan: usar las manos y jugar con papá y mamá. Cultivar vegetales, frutas y hierbas en nuestro jardín, balcón o junto a la ventana de la cocina puede ser una gran oportunidad de aprendizaje, de hacer algo lindo con ellos y ayudarlos con su educación y nutrición. Está probado que si ponemos unos tomates o espinacas en la mesa los miran con cara de pocos amigos, pero si los cultivan ellos, les van a resultar sumamente tentadores, eso que ahora nos resulta imposible.
Ver crecer las plantas, estar atentos a los avances diarios, los fascina y les abre un mundo nuevo. Además, los ayuda a asumir compromisos y a hacerse responsables, porque a las plantas hay que regarlas todos los días.
Las opciones son múltiples, pero algunas son más sencillas que otras y se adaptan mejor a llevarlas adelante con los chicos.
Manos a la obra
No hace falta disponer de grandes espacios, cada uno se adapta al que tiene disponible. Puede ser un sector del jardín que le reservamos a la huerta casera o un cajón con macetas en el balcón o la cocina.
Vamos a necesitar:
* Si no hay terreno disponible, un cajón de madera.
* Plástico para forrar y engrampadora.
* Palita y mini rastrillo.
* Regadera.
* Tierra.
* Semillas de hortalizas y/o hierbas aromáticas.
Antes de empezar, tener en cuenta:
* Filtro solar y gorro para todos.
* Usar guantes, tanto los grandes como los chicos.
* Buscar un lugar con abundante luz solar, la huerta necesita al menos unas horas diarias de sol directo.
Siembra y cosecha:
* Si se va a usar un cajón, forrar el interior con el plástico y fijarlo con engrampadora.
* Hacer algunos agujeros en el plástico, para facilitar el drenaje del agua de riego, así no se acumula en las raíces, porque termina pudriéndolas.
* Si se va a trabajar en macetas, lo del drenaje también es importante. Por lo general, estos contenedores ya vienen con un orificio pero conviene poner algunas piedras antes de la tierra, para asegurarse de que no se tape el agujero.
* Llenar el cajón o la maceta con tierra con compost, que se compra en el vivero.
* A partir, de acá, las indicaciones son para todos iguales.
* Hacer surcos en la tierra con el rastrillito y esparcir las semillas, como haciendo un caminito.
* No hacer el surco demasiado profundo, que nunca lleguen a salir los primeros brotes ni tan escaso que al primer viento se vuelen.
* Tapar con tierra, en cantidad suficiente para tapar las semillas y que no se vuelen.
* Regar, para fijar la tierra y renovar el agua a diario.
* Es fundamental que no falte agua, pero tampoco inundar. Cuando veamos que la superficie está seca, es momento de volver a regar.
* Y ahora… a esperar y disfrutar con los chicos la evolución de las plantitas día a día.
El más divertido: los tomates
Sean los comunes o los cherry, son muy decorativos y se cultivan de un modo particular, que los hace muy atractivos.
Los pasos anteriores sirven perfectamente, pero con la diferencia de que una vez que asoman los primeros brotes hay que estar atentos a que se formen ramitas. Ahí es el momento de usar uno o varios tutores, que pueden ser palitos de madera o cañas, para que trepen por ahí. Incluso, de ser necesario, se pueden ayudar a sostenerlas con un poco de tanza, hilo o alambre finito. Cuando empiezan a salir los tomates… ¡todos enloquecen, grandes y chicos por igual!
Amigos de los tomates
Hay plantas que resultan benefactoras para otras, porque las protegen de plagas a las que repelen. Por ejemplo, en el caso del tomate conviene combinarla en el terreno o en la maceta con albahaca. Esta hierba tiene raíces poco profundas (lo que evita que compitan por el agua), atrae a los polinizadores del tomate y ahuyenta moscas y mosquitos. Además, juntos son riquísimos. ¿Se imaginan cosechándolos de su huerta y haciendo una ensalada Caprese? Otras opciones para combinar con el tomate son el perejil y la menta.
TIPS: Otra tarea que les puede resultar entretenida es decorar las macetas donde van a plantar hierbas.
Texto: Florencia Romeo