La hiperhidrosis es una enfermedad poco conocida que se caracteriza por la sudoración excesiva de algunas zonas del cuerpo y cuya cronicidad interfiere en las actividades cotidianas.
Un estudio de la Universidad de Wurzburgo, en Alemania, determinó que el 73 por ciento de las personas que sufren de hiperhidrosis se sienten emocionalmente perjudicadas y socialmente afectadas. Un 67,5 por ciento manifestó que les dificulta conocer a personas por primera vez; y un 55,1 por ciento aseguró sentirse limitadopara desarrollar relaciones con otros y estar en lugares públicos. Además, quienes la padecen sienten que su trabajo es menos efectivo y que la enfermedad es un obstáculo para su desarrollo profesional.
Se trata de un trastorno del sistema nervioso autonómico, que afecta a alrededor del 3 por ciento de la población mundial. Incide habitualmente en una parte en particular del cuerpo y de manera simétrica. Dicha condición puede surgir en las axilas (hiperhidrosis axilar), las palmas de las manos (hiperhidrosis palmar), las plantas de los pies (hiperhidrosis plantar), el cuero cabelludo (hiperhidrosis craneofacial) y el rostro (hiperhidrosis facial), que son las zonas corporales donde hay mayor cantidad de glándulas sudoríparas.
Las causas exactas son complejas y variadas, incluida la incapacidad del cuerpo de lograr la termorregulación. Debido a que las glándulas reaccionan de forma exagerada, las personas con sudoración excesiva pueden transpirar hasta cinco veces más de lo normal.
Por lo general, la hiperhidrosis comienza en la infancia o la adolescencia y se presenta al menos una vez por semana, aunque en algunos casos puede darse a diario, casi siempre de día.
La hiperhidrosis axilar, la más frecuente: el 60 por ciento de los casos de hiperhidrosis se registran en las axilas. La hiperhidrosis axilar se desarrolla a causa de la hiperactividad en las glándulas sudoríparas de esa área y hace que las personas que la padecen se sientan sucias y deban cambiarse la ropa varias veces al día, sobre todo cuando hace calor.
TRATAMIENTOS
- Hasta ahora, no existía un método permanente y sin efectos adversos para acabar con la transpiración excesiva. El nuevo sistema Infini destruye las glándulas sudoríparas y así soluciona de forma simple un problema físico y también emocional.
- Mientras que en las hiperhidrosis de tipo palmar y plantar, la simpatectomía (corte quirúrgico de algunos de los ganglios de la cadena del sistema simpático) ha demostrado resultados eficaces y duraderos, en la región axilar esta técnica no ha obtenido logros similares.
- Tratamientos con toxina botulínica: a causa de la poca efectividad de otros tratamientos y sus consecuencias adversas, ganó popularidad un método transitorio pero sin efectos secundarios: la toxina botulínica. Si se aplica mediante inyecciones directamente en las axilas, inhibe la liberación de acetilcolina y, de esa forma, disminuye o anula la sudoración axilar por un período de entre ocho y doce meses. El inconveniente de este tratamiento es su corta duración: hay que aplicarlo todos los años. Por eso, se siguió investigando a fin de mejorar y prolongar sus resultados. Así nació un tratamiento con resultados permanentes y sin mayores efectos adversos: la radiofrecuencia a través de microagujas.
- Radiofrecuencia por microagujas: esta técnica se aplica mediante el sistema Infini, que consta de un cabezal que emite radiofrecuencia a través de 49 microagujas de acero quirúrgico, las cuales penetran la epidermis y la dermis papilar sin dañarlas, gracias al aislamiento que aquellas poseen en su parte superior. Las microagujas emiten dosis altas de energía en la dermis reticular y la hipodermis, lo cual genera una elevada temperatura muy focalizada que destruye glándulas sudoríparas tanto ecrinas como apocrinas (causantes del sudor). Dado que hay destrucción de glándulas sudoríparas, el resultado obtenido en la disminución de la transpiración es permanente.
- Entre los tratamientos disponibles para la hiperhidrosis axilar se encuentran los anticolinérgicos y el bromuro de propantelina, comprimidos orales que disminuyen la transpiración mediante el bloqueo de la acetilcolina, lo que reduce secreciones tales como el sudor y las lágrimas. Sin embargo, sus efectos secundarios incluyen taquicardia; estreñimiento; hipersensibilidad a la luz; sequedad de boca, ojos y nariz; y retención urinaria.
- También existen procedimientos quirúrgicos como el curetaje y la lipoaspiración, mediante los cuales se buscan lesionar las glándulas hipodérmicas. De todos modos, no son efectivos sobre las glándulas dérmicas y, además, las posibilidades de retracciones, depresiones o cicatrices son amplias.
Fuente: Dra. Florencia Paniego, Dermatóloga. MN 94996 – MP 225.593