1. Usar una prebase con serum. Hay que descartar los humectantes pesados y elegir un producto que produzca un lifting y esté formulado con serum para que la piel pueda obtener la hidratación que necesita sin ponerse brillosa ni taponar poros.
2. Utilizar un corrector preparado para pieles grasas. Es ideal en este caso el corrector en barra, para evitar que el maquillaje se disuelva con las horas. También debe tener una terminación mate para mantener el control del brillo al correr las horas. Hay que aplicar una pequeña cantidad en la zona a cubrir y elegir un tono más claro que el de la piel. Asimismo, podemos elegir correctores en distintos tonos, según lo que se quiera cubrir:
* Beige: ideal para iluminar e igualar el tono de la piel cubriendo aquellas zonas más oscuras del rostro, como las ojeras.
* Verde: se utiliza para tapar rojeces, granos y pequeñas cicatrices o venitas.
* Amarillo: disimula esas zonas de color más intenso tirando a violeta o morado, es perfecto para tapar ojeras lila o hematomas.
* Anaranjado o salmón: se usa para camuflar ojeras en tonos más azulados.
3. Usar poca base. La idea es evitar este producto lo más posible. Porque provoca que la piel tienda a ponerse más grasosa. De todos modos, los maquillajes más adecuados son los compactos, porque no aportan tanto brillo. Y a la hora de elegir uno es importante comprobar que sea oil free y no comedogénico (es decir, que no obstruya los poros ni produzca puntos negros).
4. Utilizar poco polvo compacto. Es importante siempre elegir polvos matificantes para sellar la base de maquillaje y eliminar el exceso de brillo, gracias a su poder astringente. Pero, de todos modos, se recomienda utilizarlo poco porque también tiende a generar más grasitud en la piel. La idea es aplicarlo solo si es imprescindible.
Aparte de estos cuatro consejos, también debemos recordar que siempre conviene elegir sombras y rubor en polvo que evitan el brillo, probar con las cremas bb para reemplazar la base y el polvo (algunas vienen formuladas para pieles grasas), preferir las esponjas para la aplicación de make up, que siempre deben ser debidamente higienizadas y llevar siempre en la cartera toallitas antibrillo para un retoque en cualquier momento.