A dos horas de Tokio en tren, Yatsugatake es una cadena montañosa a orillas del lago Shirakaba-ko, en Japón. Un sitio de ensueño que los dueños de la casa eligieron con dedicación: “En busca de las mejores vistas hacia un paisaje pintoresco, el cliente pasó muchos años buscando el lugar ideal para construir su vivienda”, relata el arquitecto Hirotaka Kidosaki, quién para satisfacer las expectativas del dueño de casa se impuso como objetivo principal que el proyecto incorporase el paisaje.
“Cuando visité el lugar, mi primera impresión fue que esa naturaleza expansiva y sin explotar debía ser insertada en el interior de la casa lo más posible”, expresa el arquitecto. Fue entonces que decidió organizar la vivienda de forma apaisada y así crear un gran escenario.
En una sola planta se distribuyen todos los ambientes con amplios ventanales y una pasarela recorre todo el perímetro de la casa, conformando un balcón suspendido en la ladera.
Desde lejos, la casa se percibe como un volumen liviano que hace equilibrio en la pendiente. La clave del proyecto reside en su estructura audaz, una combinación de hormigón armado y puntales de acero. “Para realizar este diseño, introduje un soporte especial que permite que la mitad de la casa se extienda en el aire”, explica Kidosaki. Ese gran piso en voladizo se apoya sobre un cuerpo de hormigón inserto en la montaña y sobre dos cilindros de acero de 30 centímetros de diámetro como refuerzos diagonales. Su color metalizado se confunde con el cielo y así reafirma la idea de que la casa flota en el medio de un bello entorno natural.
La disposición del volumen suspendido permite que la brisa de la montaña fluya, atravesando la casa y enfatiza su coexistencia con la naturaleza. A su vez, el techo se extiende en un gran voladizo que actúa como una visera protectora.
El arquitecto quiso marcar un contraste dramático en el ingreso a la vivienda. Por eso, el acceso se produce por la parte posterior y se debe recorrer un pasillo encerrado para llegar al estar, donde la percepción cambia completamente y el paisaje se extiende ante los ojos.
Estar, comedor y cocina están integrados y gozan de la majestuosa vista panorámica que se desarrolla en tres caras del volumen debido a que ocupan el voladizo. Los otros ambientes ofrecen diferentes puntos de vista de las montañas, lo que permite una gran variedad de visuales desde cada una de las habitaciones. A su vez, los techos altos y los aleros contribuyen a enmarcar mejor las vistas.
Los materiales han sido elegidos con una cuidadosa atención a los detalles y permiten lograr el equilibrio adecuado entre el dominio de la naturaleza y la armonía con el entorno natural que lo rodea: madera, mármol y revestimientos claros.
En el exterior, vale destacar el refinamiento en la resolución de los bordes del techo y de la de la base de la casa, donde todo contribuye a afirmar la levedad de la estructura. El arquitecto define su proyecto, con filosofía oriental: “El carácter y la humildad de esta vivienda expresan una reverencia digna hacia el paisaje que la rodea”.
El estudio
El estudio Kidosaki Arquitectos fue fundado en el año 2000, pero su titular, Hirotaka Kidosaki, tiene una larga trayectoria como proyectista: se desempeñó como la mano derecha del reconocido arquitecto Kenzo Tange durante 12 años. Su trabajo representa con fidelidad los postulados del Movimiento Moderno en la arquitectura, que se podrían sintetizar en una búsqueda de la belleza en la funcionalidad, una preocupación por refinar los detalles y, por sobre todo, la certeza de que “menos es más”. http://www.kidosaki.com/
Ficha técnica
Ubicación: Prefectura de Nagano, Japón.
Proyecto: Kidosaki Architects Studio – Hirotaka Kidosaki (titular), Yuko Sano (equipo de Proyecto).
Estructura: Toyohito Shibamura-Takashi Manda, Mitsuru Kobayashi.
Constructor: Niitsugumi.
Superficie cubierta: 303 m2.
Superficie del terreno: 2044.68 m2.
Construcción: septiembre 2011- julio 2012.
Fotografías: 45g Photography, Junji Kojima.
Texto: Paula Baldo
Fotos: gentileza Estudio Kidosaki Arquitectos