La mayoría de los sistemas de perfiles de aluminio y de PVC permiten incorporar el doble vidrio hermético (DVH) para mejorar la aislación térmica y acústica de la ventana. «No hay duda de que el DVH es hoy la solución básica de las superficies vidriadas en la arquitectura argentina. Pero también es necesario un análisis más profundo de los vidrios que componen el DVH para lograr un mejor desempeño del edificio, tanto desde el lado energético como acústico«, apunta el arquitecto César Aquilano, asesor técnico de la empresa VASA. Y aporta un dato fundamental: la aislación térmica del DVH duplica la del vidrio simple, ya que entre ambos vidrios contiene aire deshidratado y encapsulado. El vidrio doble reduce la condensación de humedad sobre el vidrio del lado interior, evitando que se empañe. «La fabricación de los DVH se realiza en procesadores que poseen líneas automatizadas de producción, junto con un exhaustivo sistema de controles que, mediante ensayos de laboratorio normalizados, verifican la calidad de las materias primas que componen el Ekoglass», acota Aquilano.
Para mejorar la aislación térmica de un DVH se pueden incorporar vidrios de baja emisividad (Low E) en su composición. Se trata de un cristal especial que posee un revestimiento aplicado a una de sus caras, para reducir la capacidad de irradiar calor. Además, este tipo de vidrio evita la fuga de calor desde el interior, haciendo más eficientes los sistemas de calefacción. Estos vidrios especiales son adecuados para las fachadas con mucha radiación solar directa.
En lo que respecta a la seguridad, los especialistas recomiendan que los DVH que superen el 1,50 m2 deben tener vidrios de seguridad, laminados y/o templados. Además, el DVH puede sumar protección contra el ingreso forzado, incorporando vidrios laminados con PVB mayor a 0,76mm.
Texto: Arq. Paula Baldo.
Asesoramiento: Vasa – Vidriería Argentina S.A. / www.vasa.com.ar