Los especialistas sugieren no perder el foco sobre quién es el verdadero usuario de cada espacio y en el caso del dormitorio de los chicos, darles la posibilidad de hacer un aporte que les permita apropiarse de él es importante. “Siempre contemplo algún sector dentro del cuarto donde el niño o adolescente pueda pegar sus afiches y fotos preferidos, o apoyar un objeto que le guste. Un sector que pueda darle dinamismo al diseño, que pueda ir cambiando con nuevas aficiones que los chicos vayan adquiriendo”, explica la arquitecta Blanco.
Por eso, también es importante diseñar el espacio de acuerdo a la personalidad de quien lo vaya a usar. “Muchas veces las mamás diseñan el cuarto de su hijo adolescente en base a cómo les sirve a ellas y luego los chicos usan el comedor para estudiar, por dar un ejemplo. Creemos que, si el cuarto de Tomás está diseñado para Tomás, Tomás lo va a querer usar. Va a disfrutar de estudiar, jugar, invitar a sus amigos y descansar ahí”, aconseja Denise Muchnik, de Dash, en base a su experiencia.
En cuanto al recurso del color, lo aconsejable es reservar los tonos brillantes para los detalles. “Tratar de elegir colores neutros dando algún toque de un tono vivo en pequeñas áreas para no cansar y contribuir al descanso”, recomienda Blanco.
Cecilia Cuniolo, de Oia Ideas, propone equipamientos con colores “brillantes y netos” para dar el acento. Verde manzana, turquesa y fucsia, son los tonos que elije la diseñadora, siempre aplicados con lacas poliuretánicas (lavables y no tóxicas) porque tienen dos cualidades indispensables para el cuarto de los más chicos: resistencia y lavabilidad. Para sumar color con la posibilidad de revertirlo cuando los niños crezcan, Oia propone los emplacados, es decir, cubrir con placas laqueadas a las que se adosa accesorios varios como percheros, estantes o pizarras magnéticas. “El planteo de líneas modernas se incorporó al diseño infantil brindando sofisticación y elegancia, sin perder por ello la esencia deseada: diversión y entretenimiento”, resume Cuniolo.
Texto: Arq. Paula Baldo.