Ubicada en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, a 320 km de la Capital Federal, la ciudad de Lincoln tiene una población de 45.000 habitantes. Lincoln podría haber sido una ciudad más dentro de la provincia de Buenos Aires. Calles tranquilas, árboles frondosos y vidas rutinarias; condimentos que acompañaban el diario vivir de un pueblo que transitó muchos años sin penas, pero también sin glorias. Sin embargo aparecería algo que cambiaría el estilo de vida monótono de los linqueños: el Carnaval.
El carnaval constituye una de las mayores atracciones de la región que a partir de la década del veinte fue adquiriendo un perfil propio. Se considera a esa década como el inicio de la etapa del carnaval artesanal, una animada concurrencia era parte del festejo. Sin embargo, un quiebre se produce en 1928 cuando el profesor Enrique Alejandro Urcola suma sus conocimientos de artista plástico, incorporando la cartapesta, el modelado de grandes figuras caricaturescas sobre esculturas de barro, mediante la superposición de trozos de papel con engrudo, técnica que también desarrollaba en sus trabajos de escenografía en el Teatro Colón.
Ese mismo año confeccionó una carroza con movimientos: “Los Peliculeros”, dando origen a lo que con el tiempo se convertiría en el principal atractivo de este carnaval. El espíritu inquieto de los jóvenes dio como resultado la superación de los trabajos año a año, no sólo por los ingeniosos personajes elegidos, sino también por la cuidadosa técnica de realización que permitía el detalle sutil de los gestos, y un terminado trabajo que el público premiaba mediante el aplauso y la admiración. Las nuevas generaciones se fueron superando con la incorporación de nuevos materiales, por ejemplo la aparición del telgopor. Los viejos artesanos se transformaron en maestros, que transmitieron las técnicas y los secretos a los más jóvenes.
Además de las carrozas y mini carrozas como atractivo principal, comenzaron a aparecer otros afluentes como los cabezudos, las máscaras sueltas, atracciones mecánicas, las escuelas de samba, los cuerpos de baile, las batucadas, los carros musicales, las bastoneras, las reinas representando instituciones y las típicas “mascaritas”.
A partir de 1965, año del centenario de la ciudad, el carnaval se realiza anualmente sin interrupciones. Esto permitió un crecimiento de la fiesta en el plano organizativo y en la formación de sus protagonistas.
Los protagonistas
Las grandes atracciones como las carrozas, mini carrozas, cabezudos, batucadas, comparsas y las máscaras sueltas con su colorido, brillo y movimiento representan verdaderas expresiones populares y marcan la identidad creativa colectiva del carnavalincoln. De profesión carrocero, así se definen los artesanos encargados de imaginar y luego darle vida a estas grandes estructuras q tanto disfruta el público. Durante todo el año se trabaja en la temática, ya sea un chiste o dibujos animados sin dejar de lado el movimiento. Las técnicas pueden variar buscando mejorar, pero el esfuerzo y la dedicación no cambian, dan todo por lograr la perfección de su obra. Las carrozas son fieles exponentes del carnavalincoln.
La Confección de máscaras sueltas y los cabezudos son creaciones llenas de color, dinámica, y la clara intensión de resaltar rasgos, con el objetivo principal de contagiar alegría. No deja de generar asombro la evolución ininterrumpida a través del tiempo, con títulos más que ocurrentes, despliega al máximo la creatividad formando parte plena del folklore carnavalesco.
Además de las fantásticas carrozas y atracciones mecánicas, también tiene sus populares batucadas y comparsas. Las batucadas son un emblema de nuestra ciudad, están compuestas cada una por más de 60 integrantes con un mismo objetivo “diversión”, en la búsqueda constante de nuevos ritmos trabajan incansablemente durante todo el año. A la hora del carnaval, las batucadas despliegan sus instrumentos y contagian su espíritu festivo a lo largo del recorrido por la avenida Massey. Con alegría y buena onda… “Masturbanda”, “Tamandare”, “Misterbanda”, entre otras, son las encargadas de ponerle ritmo a las noches de carnaval.
Las comparsas, además de las batucadas, poseen un gran cuerpo de baile de más de 100 integrantes. Las plumas, brillantinas y dorsales conforman los bellos trajes confeccionados por artesanos locales. Las comparsas se llenan de energía y avanzan sobre las luces de la avenida. Entre ellas, son de destacar “Samba Samba”, “Los Titanes”, “Maimará” y “Fenix”. El impacto que generan en el público son el gran motivador para continuar trabajando y multiplicar los esfuerzos para lucirse cada año de la mejor manera
Las atracciones mecánicas ya son parte fundamental de nuestro Carnaval. Han trascendido el Partido, la Provincia y el País gracias a la mezcla de ingenio, mecánica, imaginación y carnaval. “Autos locos” de Sr. Julio Omar Bernini y “la mecánica loca” de Héctor, Hugo y Carlitos Topa son las 2 grandes flotas de autos especiales, atractivos principales de la fiesta. “Loca Pero Estanciera”, “El Fuelle de Pichuco”, “Sulky con motor”, “Rana y Bailarín”, “El Vasco de la Carretilla”, “La Limousine Loca” son algunas de las atracciones más reconocidas y aplaudidas por la gente. Su andar por el recorrido causan sensación en cada pasada.
Más, otro de los grandes atractivos que se han sumado en los últimos años de Carnaval son los Carros Musicales. Los mismos permiten que diferentes bandas locales se presenten en el recorrido, dando a conocer de esta manera sus repertorios musicales. Los carros, en cada una de sus presentaciones, son los encargados de transmitir alegría y buena onda, con ritmos de cumbias, chacareras, zambas, cuarteto y carnavalitos.
Fuente: Carnaval Lincoln