Co fundadora junto a Mariana Sorribes de Zolvers, una empresa innovadora que funciona a través de una plataforma online y que permite al público encontrar personal calificado y con sello de idoneidad para tareas de la casa (limpieza, plomería, electricidad, pintura, cuidadores y más) y a su vez es una fuente de trabajo para muchas personas que ofrecen sus servicios.
Recordando sus comienzos con esta empresa, que es su tercer emprendimiento, Cecilia nos cuenta que “La primera idea surgió al conocer a Mariana, mi socia actual. Ambas estábamos con un proyecto anterior, pero queriendo hacer algo más regional. Y esta idea surgió de los whatsapp de las madres de los chicos compañeros del colegio de nuestros hijos, comentando necesidades: si alguien conocía un electricista, que necesitaban un servicio de limpieza, etc, y nos dijimos ‘acá hay una necesidad’ .
Mariana Sorribes estudió economía, pero venía de Mercado Libre por lo que tenía un vínculo importante con el tema de la tecnología. Había armado una página de e-commerce de productos de decoración. Y en el tema servicios para el hogar sentimos que encontramos un mercado donde realmente le solucionamos problemas a millones de mujeres por un lado y por otro lado hay muchísima gente que está buscando trabajo y que así puede obtenerlo. Nosotros ofrecemos oportunidades laborales y transparencia en el mercado”.
En definitiva, Zolvers es una empresa pensada con función social, algo que Retegui afirma con entusiasmo: “somos 25 personas trabajando full time –comenta– , y tenemos alianzas con empresas para ayudar en la bancarización y acercar producto financieros a los prestadores de servicios. También tenemos alianzas con empresas como Unilever que necesitan mostrar sus productos nuevos a las amas de casa y llegar a través de las empleadas domésticas es un gran canal…”
Para Cecilia la clave del fue la paciencia y la resiliencia. “Al principio –recuerda– no funcionaba nada. Pero entre los seis meses y el año comenzamos a encontrarle la vuelta, que fue cuando empezamos a recibir ingresos por ventas. Arrancamos en octubre del 2013 y logramos que la empresa continúe creciendo”.
Pero no fue un proyecto que quedó ahí, en la posibilidad de vivir de él. La plataforma se convirtió en regional: opera en Argentina, Colombia, México y Chile.
Cecilia nos cuenta cómo sucedió esto: “Este tipo de proyectos son a todo o nada. Se llaman market place. Son del tipo Mercado Libre, no hay dos iguales, porque abarcan todo el mercado y por eso no pueden ser iniciativas que se queden en una medianía, el proyecto mismo pide crecer. Por eso, el próximo paso era conseguir inversión. Nosotros decidimos en 2014 ir a México a buscar inversión, ya que era un año complicado en Argentina y allá hay más oportunidades. Acudimos a aceleradoras de inversión, empresas a las que se les muestra el proyecto encaminado y aportan una inversión. Llegamos a obtener hasta un millón de dólares para seguir creciendo.
–¿No da miedo saber que se va a encarar un crecimiento semejante?
–No, porque es paso a paso. En cada paso aparece un fantasma que va cambiando a medida que uno va avanzando. Primero es que contraten los servicios. Después, conseguir las inversiones. Más adelante, abrir en otras ciudades, y así sucesivamente. Cada fantasma es un nuevo desafío y eso es lo divertido.
Y Cecilia parece que saber cómo lidiar con esos fantasmas. Al recordar sus comienzos dice que “siempre supe que iba a tener mi empresa de software, aún cuando trabajaba en relación de dependencia. Hoy nuestro desafío es hacer de Zolvers una marca bien masiva, ser un top of mind de servicios en Latinoamérica, con todas las variables que traiga la tecnología y sus avances.”
Eso si: le preguntamos si Zolvers le había cambiado la vida. Pero dice que no, “siempre trabajé con gran equilibrio entre mi vida personal y laboral. Soy muy organizada, siempre fui así”, remata con seguridad.
Frase para destacar
“Cualquier mujer de negocios puede tener un emprendimiento basado en una plataforma online, pero en el grupo fundador siempre tiene que haber un miembro con fuerte background tecnológico”
Texto: Silvia Fittipaldi.