La casa Safir está destinada a ser el componente final de un proyecto iniciado ocho años antes. Cuando una familia en crecimiento requirió mayor capacidad de alojar a más integrantes de los que la casa principal podía acomodar, surge la idea de sumar un ala de huéspedes destinada a completar un proyecto que se había iniciado ocho años antes.
Con ese fin, los arquitectos del estudio Ward + Blake proyectaron la ampliación poniendo especial atención en no perturbar la privacidad de la casa principal. Para lograrlo, decidieron aprovechar el desnivel del terreno y colocar la casa de huéspedes un metro por debajo del nivel existente. De esa manera, el pasillo curvo que conduce a las habitaciones queda protegido de las visuales desde el recorrido de acceso. Además, al ubicar el garaje más bajo en relación con la casa principal, se redujo la masa aparente de la nueva construcción.
Otro aspecto fundamental para los arquitectos fue destacar las vistas hacia la cordillera Grand Teton, una de las estribaciones de las Montañas Rocallosas en el Estado de Wyoming (Estados Unidos). “Este sitio es un gran inventario de los recursos naturales. Para aprovecharlos, la casa y el ala de huéspedes se disponen de cara hacia las montañas, ordenando las habitaciones a lo largo de un eje Este-Oeste. El acceso a la vivienda también fue pensado para darle un marco a las montañas, logrando una vista espectacular.
La ubicación de la casa de huéspedes en relación a la construcción existente genera un patio que define la entrada, al tiempo que lo protege de los vientos predominantes del sureste prevalentes en invierno. Ese atrio está trabajado con una serie de desniveles que acompañan a un sendero de piedra. Una serie de decks de madera -uno de los cuales cuenta con una bañera de hidromasaje- se encuentran en ese espacio exterior.
El espacio social de la casa principal es un ambiente abierto que contiene la cocina comedor y el living. Allí, grandes extensiones de vidrio, incluso en las esquinas, permiten al visitante experimentar una vista panorámica más que una postal estática del paisaje. Una galería suavemente curvada conduce a los dormitorios y a una sala común. Mientras que la casa de huéspedes es una pequeña estructura que consta de dos habitaciones adyacentes, sala de estar y comedor, que fueron concebidos como un espacio abierto para optimizar la superficie.
Las dos residencias fueron tratadas como un conjunto, compartiendo materiales y geometría. En el exterior, la madera recuperada está presente en ambas construcciones, al igual que el revestimiento de acero de aspecto oxidado (Corten). Las placas metálicas se dividen en paneles, dando ritmo y cadencia a la fachada. La falta de un acabado protector promueve la corrosión en el acero creando una fachada moteada y en constante cambio, que va del anaranjado al marrón oscuro.
FICHA TÉCNICA
Ubicación: Wyoming, Estados Unidos.
Proyecto: Ward+Blake Architects (Tom Ward, Mitch Blake, Sara Lee Lanier y Stephen Stumpf.
Superficie cubierta: 700 m2
Año: 2012
EL ESTUDIO
Ward+Blake Architects nació en 1996 y desde entonces ha ido ganando prestigio a partir de una arquitectura comprometida con el diseño bioambiental. Ese concepto se expresa en una vuelta a las raíces mediante el uso ingenioso de los materiales y la artesanía. “Nuestra arquitectura enfatiza dos híbridos: Las formas modernas combinadas con métodos clásicos y con tecnologías de construcción de vanguardia”, definen los arquitectos. El trabajo de Ward + Blake se inicia con el estudio del sitio y luego el proyecto se desarrolla buscando los sistemas autóctonos que se han utilizado en la zona. De ellos aprenden los métodos históricos para relacionarse con el ambiente y pueden contribuir mucho para reducir la carga de energía en un edificio. También incluyen sistemas activos como las bombas de calor o las celdas fotovoltaicas. “Ayudamos a los clientes a aprovechar los incentivos fiscales que hacen que la energía alternativa sea más atractiva”, explican.