Sobre un acantilado, de cara al Mar Caribe, se erigen las ruinas mayas de Tulum. Se trata de la única zona arqueológica de México capaz de reflejarse en las cálidas aguas de color turquesa que bañan las costas de la Riviera Maya. Por la belleza natural de sus playas, sus arrecifes de coral, la selva tropical, sus dunas y cenotes; por la rica historia prehispánica que atraviesa las murallas de sus construcciones -fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO- y por la calidez del clima y de su gente, Tulum, la joya de la Ribera Maya, es uno de los destinos imprescindibles en el historial de cualquier viajero.
Riqueza histórica.
Tulum, “muralla” en maya, está ubicada en la costa oriental del estado de Quintana Roo, a 128 kilómetros al sur de Cancún y sobre la carretera federal 307. Conocida en sus inicios como Zamá (“amanecer”), cambió su nombre en honor a la histórica muralla que rodeó tres de las caras de la ciudad en sus comienzos, esa construcción prehispánica abierta hacia en este por el mar que en algunos puntos llegó a alcanzar los cuatro metros de altura. La cuarta cara de la fortaleza, la invisible y la más temida, era la del Mar Caribe.
Si bien se encontraron inscripciones que se remontan al año 564, casi todas las estructuras que se erigen en lo que hoy es Tulum fueron construidas en el período posclásico del mundo maya: entre los años 1200 y 1450. Por la explotación de sus recursos marítimos, se trató de un centro de gran importancia en el intercambio comercial con otras ciudades del interior de México. Tan crucial fue dentro de la vida comercial marítima y terrestre de la civilización que sobre su superficie fueron encontrados objetos procedentes de varias regiones de la Península de Yucatán y Centroamérica, lo que realza su trascendencia comercial dentro del México Antiguo.
Ejemplo del estilo Costa Oriental, Tulum fue construida sobre la elevación más alta de la región. Su arquitectura prescinde de ángulos rectos, y sus construcciones son homogéneas y carentes de simetría. Cada una de las habitaciones y los templos que fueron construidos en Tulum están “torcidamente bien alineados” en dirección a los desplazamientos del Sol, la Luna y los planetas que siguen una línea imaginaria que va del Este al Oeste. En el plano religioso, y de acuerdo a varios estudios arqueológicos, Tulum fue también un importante centro de veneración, en honor del llamado “dios descendente”.
Cuando los españoles irrumpieron en México en 1518 bajo el mando de Juan de Grijalva, Tulum fue uno de los pocos asentamientos mayas que todavía estaba habitado. Sin embargo, el período de convivencia fue breve: a finales del siglo XVI ya no quedaban residentes. La zona arqueológica de Tulum se encuentra en la actualidad dentro del Parque Nacional del mismo nombre, declarado como tal el 23 de abril de 1981.
Para visitar
- El Castillo: Asentado a la orilla del precipicio, fue construido en dos fases. Cuenta con tres entradas, dos cámaras abovedadas y un dintel soportado por dos columnas con la figura de una serpiente. Luego se construyeron dos oratorios. El Castillo fue utilizado principalmente para rituales religiosos y se cree que fue un faro para los barcos mercantes mayas que navegaban en las cercanías.
- Templo de los Frescos: Fue central en la vida social y religiosa. Sus elementos arquitectónicos, murales, decoraciones, esculturas y apariencia general apuntan a un lugar de profunda veneración.
- El Palacio: Fue el edificio residencial más grande de Tulum, con tres niveles de 85 metros de largo por 35 metros de ancho. El monumento cuenta con numerosas cámaras pequeñas y fue habitado por los nobles superiores de la sociedad maya.
- Templo del Dios Descendente: La figura de un dios descendente alado, el principal elemento iconográfico de la ciudad, se destaca en su interior. Este templo, el más antiguo, estaba decorado con pinturas de color verde azulado sobre un fondo negro.
Los imperdibles
- Playa. Bajo el acantilado se encuentra la playa del Paraíso, considerada como una de las mejores playas de la Riviera Maya. Desde allí se puede visitar la famosa Barrera de Coral Mesoamericana. Otras imperdibles: Akumal, Xcacel y Bahía Príncipe.
- La Reserva de la Biosfera Sian Ka’an. Zona protegida por la UNESCO por la gran cantidad de especies que la habitan, mide medio millón de hectáreas y abarca todos los escenarios posibles: playas, arrecifes de coral, selva tropical, dunas y cenotes.
- Laguna de Muyil. Ubicada dentro de la reserva, se puede recorrer en bote y descubrir la belleza del color que refleja el agua.
- La Ruta de los Cenotes. Se trata del sistema hidrológico subterráneo más largo del mundo, ideal para nadar, bucear o recorrer con snorkels.
- Ecoturismo. Los paseos en bicicleta son perfectos para ejercitarse y descubrir las bellezas que ofrece Tulum. La mejor forma de hacerlo es a través de tours que recorren la Reserva de Sian Ka’an, algún Cenote o la zona arqueológica.
- La comida típica. En la zona hotelera de Tulum se encuentra El Camello, la marisquería más famosa de Tulum. No dejes de probar el ceviche y los pescados cocinados al estilo maya.
- Recuerdos. No dejes de visitar el centro de la ciudad y llevarte algunos de los típicos objetos de la cultura maya.