La implementación del etiquetado de eficiencia energética en Argentina tiene varios años de vigencia en los cuales se han ido endureciendo las exigencias y ampliando la cantidad de artefactos eléctricos y de gas que deben estar certificados. La etiqueta de eficiencia energética es una herramienta diseñada para que el usuario pueda identificar el nivel de consumo de un artefacto antes de comprarlo e instalarlo en su vivienda. Las categorías se identifican con letras y colores:
-Mayor eficiencia: extremo superior + color verde + letra “A”.
-Menor eficiencia: Extremo inferior color rojo letra “G”.
Desde la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética de la Nación aseguran que, junto a otros organismos nacionales, trabajan en forma constante para que todos los aparatos electrodomésticos sean clasificados de acuerdo a su eficiencia energética.
Por ejemplo, la letra A indica que el aparato consume menos del 55% que un aparato estándar. Si bien hay un amplio rango, cada artefacto tiene establecido un mínimo de eficiencia. Asimismo, por el avance de la tecnología, algunos equipos han superado el nivel inicial de eficiencia y se han creado nuevas clases: A+, A++ y A+++.
Los datos que ofrece la etiqueta se determinan mediante ensayos especificados en las normas IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación). Además del consumo de energía, la tarjeta brinda información de utilidad respecto a las características técnicas, por ejemplo, el volumen de compartimiento y la emisión de ruido (heladera); la potencia (lámparas); la eficacia de lavado y el consumo de agua (lavarropas); o la capacidad de enfriamiento (aire acondicionado).
Este tipo de información es importante al momento de comprar un equipo nuevo, orientando la elección de compra hacia equipos más eficientes.
Además de establecer la obligatoriedad del etiquetado, el Ministerio de Energía y Minería de la Nación también determina la categoría mínima aceptable para cada caso. En el rubro refrigeradores y congeladores, desde 2014 el rendimiento energético mínimo para esta categoría es B. Lo mismo vale para los lavarropas. En el caso de los aires acondicionados, el mínimo es C.
El mes pasado, IRAM publicó la extensión de la obligatoriedad del etiquetado a los televisores (que hasta ahora era voluntaria) y anunció que próximamente, se sumarán las de microondas y termotanques. A partir de ahora, la etiqueta de eficiencia energética de televisores aporta información de consumo en modo encendido y stand by, el consumo de energía anual en kilowatt-hora y las dimensiones de la pantalla (definida por la medida de su diagonal y expresada en centímetros). Respecto a los artefactos que funcionan a gas, solo las estufas y cocinas deben presentar la etiqueta. Y el grado mínimo de eficiencia permitido es G.
Texto: Arq. Paula Baldo
Fotos: gentileza empresas