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25 de julio, 2013

De líneas rectas y pocos materiales

Es la vivienda unifamiliar diseñada por Jorge Muradas en un terreno contiguo a un bosque. Su arquitectura, estilo contemporáneo-internacional, y su decoración son resueltas de forma integral. En ellas reina la armonía y el refinado concepto de que siempre “menos es más”.

 

Esta casa, en el Club de campo Abril, en Hudson, está ubicada sobre un terreno contiguo al bosque, hecho que fue el punto de partida definitorio para el desarrollo del proyecto. Obra del arquitecto Jorge Muradas, fue realizada en 18 meses y según él mismo explica “partimos de dos premisas: priorizar las vistas al bosque y preservar un ciprés que estaba ubicado en el centro del terreno. Estos dos datos dieron forma al esquema en L que luego se convirtió en el eje del proyecto”.

La casa tiene dos plantas y es de estilo “contemporáneo-internacional”, según palabras del arquitecto, y es el resultado de un proyecto desarrollado de manera integral contemplando al mismo tiempo arquitectura y decoración. “Nuestro trabajo en el estudio es integral –explica Muradas– no existe un corte entre la obra de arquitectura y el diseño interior, todo se piensa en conjunto. La casa toma forma de la mano del equipamiento fijo y se complementa con el equipamiento móvil. Todo esto constituye una unidad”. Bajo este concepto, al diseño interior de Muradas se le incorporaron algunos muebles que se trajeron desde el exterior y que se adaptan perfectamente al estilo de la casa, dentro de una  paleta neutra que se repite tanto en la caja como en los complementos.

La planta baja contiene las áreas públicas, hall de acceso, estar, comedor, cochera y áreas de servicio. Y en la planta alta se ubican tres dormitorios en suite, el escritorio y la biblioteca que balconea al estar.

El exterior está totalmente integrado al bosque y definido por un deck de lapacho que hace de expansión de los ambientes principales y da continuidad al interior, que fue resuelto con la misma madera. Este deck llega hasta la pileta  y la rodea.

A través de todas las aberturas de la planta baja se integran visualmente el interior y el exterior, gracias a la continuidad del material. En el encuentro de dos prismas que conforman el volumen total de la casa, se armó una galería cubierta con vidrio y deck que en planta alta se convierte en terraza.

La fachada se compone de dos planos. En uno se destaca el acceso conformado por un pórtico de doble altura, sobre el mismo plano dos rajas horizontales permiten la entrada de luz y acotan las visuales desde adentro hacia las copas de los árboles. Desde el exterior las visuales están limitadas para guardar la intimidad. Esta situación es opuesta a la de las dos fachadas que se abren al bosque a través de grandes vanos que integran el paisaje con el interior. Sobre el plano más saliente un vano longitudinal contiene el doble portón de la cochera que fue resuelto con las mismas tablas del deck. En planta alta se repite el esquema de un solo vano que contiene las ventanas de los cuartos de los chicos.

La casa, de líneas rectas, pocos materiales, unificada en su color y con gran integración espacial, dejó muy conformes a todos, salvo un detalle: el proyecto que había sido concebido privilegiando las vistas y el ciprés- ubicado en el centro del patio que conforman los dos prismas- tuvo que resignarse a no contar con el ciprés, ya que un fitopatólogo diagnosticó que el árbol estaba afectado por una necrosis irreversible y que con el tiempo corría peligro de caerse, de modo que tuvo que ser derribado.

 

Ficha técnica
Obra:
casa unifamiliar.
Ubicación: Club  de campo Abril, Hudson, provincia de Buenos Aires.
Proyecto y dirección: Arquitecto Jorge Muradas.
Año de terminación: 2006.
Superficie cubierta: 420 m2.
Fotos: Adela Aldama.
www.jorgemuradas.com.ar