* Cepillar mucho el pelo. Regla de oro: pelo húmedo se peina con peine; pelo seco se peina con cepillo. Dicho esto, lo cierto es que el simple cepillado ya estamos ayudando muchísimo a nuestra cabellera. La clave está en hacerlo al menos 3 veces en el día y durante varios minutos, en cada ocasión. Así, el cepillado funciona como un masaje y estimula el cuero cabelludo.
* Recortar las puntas. Esto es algo que los peluqueros siempre recomiendan y, a la vez, algo a lo que no le hacemos caso. Pero basta ver como el pelo se parte en dos en las puntas cuando está muy largo, para darnos cuenta de que debemos poner manos a la obra en forma urgente. Lo mejor es hacerlo cada 3 a 6 seis meses, de modo que el pelo crezca con más fuerza.
Para tener en cuenta: todo lo malo que está en las puntas, puede dañarlo desde las raíces.
* Masajes tibios. Los masajes, en general, son buenos. Y los que se hacen en el cuero cabelludo con aceite tibio, mejor aún. Ojo, no se puede usar cualquiera, sino uno de almendras o cualquier otro que contenga en su formulación elementos hidratantes y naturales. Antes de comprarlo, asesorate con la especialista de la perfumería.
* Enjuagar con agua fría. Nadie dice bañarse ni lavarse el pelo con agua fría, sino hacer el último enjuague así. De esta manera se sellan las cutículas del pelo, que lo ayuda a crecer más rápido y le da mucho brillo. Se recomienda, especialmente, para las de pelo graso.
* ¿Probaste con clara de huevo? Algunos dicen que funciona, otros que no. ¿Qué perdemos con probar? Mal no nos va a hacer… Se recomienda hacer una máscara súper fácil, que consiste en pasarse la clara por el pelo, como si fuera una crema o un gel y dejar actuar durante algunas horas; luego lavás y ves si te da resultado.