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20 de mayo, 2014

Una nave en el jardín

La Casa Bambú, del estudio español A-Cero, se destaca por su aspecto monumental en una composición articulada de volúmenes irregulares.

 

Uno de los últimos proyectos del estudio español A-cero que dirigen los arquitectos Joaquín Torres y Rafael Llamazares, es una vivienda totalmente revestida con placas de mármol blanco que, combinadas con madera de bambú, logran separar al conjunto de su entorno y le dan un aspecto sobrio y monumental.

La vivienda, situada en un conjunto residencial en el Norte de Madrid, ocupa una parcela con forma rectangular de 2.800 m2 bastante arbolada con pinos y encinas. Según cuentan los proyectistas, al ubicar la casa en el terreno intentaron conservar esas especies mediterráneas y proyectaron la vivienda para convivir con ellas, que llegan incluso a abrazar parte de la fachada.

Las formas irregulares y curvas de la casa responden a una evolución en el diseño arquitectónico del estudio”, explican Torres y Llamazares. Como una continuidad estética, las líneas sugerentes de la volumetría exterior se introducen en el interior de la vivienda con un diseño de mobiliario con abundantes curvas y ángulos expuestos, diseñado también por el estudio.

Mientras que la fachada desde el ingreso muestra una serie de formas irregulares, con diagonales y curvas, el frente hacia el jardín es más sereno. Allí, en cambio, la síntesis se logra con una especie de cinta blanca que recorre las superficies vidriadas en forma envolvente. De esa manera, los arquitectos lograron un contraste interesante que contribuye a vincular la casa con el jardín: acentuando fuertemente la horizontalidad la casa se “pega” al suelo.

En cuanto a la tecnología constructiva para la fachada, los arquitectos emplearon una solución muy utilizada en Europa que se conoce como “fachada ventilada”. Este sistema consiste en colocar el revestimiento separado de la pared creando una cámara de aire que favorece la aislación térmica y preserva la integridad de las placas de piedra.

Amplitud luminosa
En el interior de la vivienda, los espacios fluyen con un mismo denominador común: la amplitud y la iluminación natural en cada uno de ellos.

La distribución de la vivienda en tres niveles respeta la formalidad de disponer de una planta baja con las áreas de estar, cocina y esparcimiento, destinando la zona privada en la planta superior, con tres dormitorios en suite. Mientras que bajo nivel se ubican la cochera y la zona de servicio. La originalidad se plantea en la decisión de los arquitectos de ubicar en la planta baja la suite principal con vestidor, separándola del resto de los dormitorios. A su vez, por requerimiento del cliente, la vivienda incluye un ascensor sin sala de máquinas súper moderno, con un sobrio revestimiento interior de paneles en blanco y negro y espejo de piso a techo.

En cierta forma, el diseño, la escala y la materialidad con que fue resuelto el proyecto se apartan de la atmósfera hogareña. Algunos ambientes tienen una atmósfera que se acerca más a la de una oficina o la de un hotel.

El mobiliario de la casa combina muebles que llevan la firma de A-cero in, con otros elementos escogidos por los dueños. En todos los casos, la sobriedad y la elegancia son la tónica en el diseño interior. El color blanco, presente en todos los ambientes, se mezcla con tonos más cálidos en marrones y grises.

En la cocina, separada de los otros ambientes de la casa, el diseño sigue el hilo conductor del proyecto sobre todo en la mesada de Corian blanco que se curva emulando la fachada hacia el jardín. El contrapunto tonal son los muebles de roble con lustre wengue. Que también contrastan con el revestimiento claro de los pisos de mármol crema pulido. En las habitaciones, el juego de tonos se invierte con paredes y muebles blancos y piso de madera de roble Havanna, casi negro.

 

Ficha técnica
Proyecto: vivienda unifamiliar.
Situación: Madrid.
Dirección y coordinación de Obra: A-cero.
Superficie de parcela: 2840 m2.
Superficie construida: 913 m2.
Fotógrafo: Jacobo España (Negami).