Sol, mar, pileta, viento, cloro… no ayudan al pelo a lucir sano y fuerte. Menos aún, brillante y si hemos usado hebillas, vinchas y otros elementos para hacer los divinos peinados mojados, obtendremos finalmente un pelo débil, que se cae fácilmente.
La doctora Adriana Szapinka médica especialista en Medicina Estética y Antienvejecimiento y Directora de BioZone, sugiere “fortificar el aparato pilo-sebáceo con productos que actúen en profundidad desde las raíces con una absorción total de sus principios activos”. Para esto, lo fundamental es el tratamiento en consultorio, con masajes, alta frecuencia y mesoterapia, lo que además de dejarlo brillante y renovado, también previene la caída provocada por el estrés de la vida cotidiana.
Otra opción son los productos que se pueden aplicar en casa. Como primera medida, al menos durante uno o dos meses, se debe usar un champú para cabellos dañados y complementarlo con baños de crema, que hidratan y nutren el pelo, le aportan brillo y suavidad y reparan las puntas secas y florecidas. Después, están los tratamientos reparadores de cabello y las máscaras también reparadoras, algunas de las cuales se usan durante la noche, aprovechando las horas de descanso.