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9 de septiembre, 2013

Eleonora Cassano y Eliana Figueroa, bailar para vivir

Dos bailarinas clásicas, dos estilos, dos generaciones, con mucho para contar y compartir.

 

Eleonora Casssano fue primera bailarina del Teatro Colón. Durante años compartió escenarios del mundo con Julio Bocca, uno de nuestros íconos en el mundo de la danza. Se considera una profesional atípica con respecto a la generalidad de las bailarinas clásicas, ya que “si bien mi formación siempre fue dentro de lo clásico, busqué aprender otras cosas por lo que crecieron mis conocimientos y eso me dio amplitud mental”. No supo ni sabe de limitaciones y avanzó sobre otros géneros musicales en su búsqueda por no estancarse, crecer siempre. Ella así lo explica: “A medida que fui avanzando en mi carrera, me interesé por alternativas que me aportaran más, emocional y artísticamente. Además, traté de buscar ritmos que a la gente le sonaran más conocidos para poder acercarlos más a la danza, como tango, folclore, jazz. Fui cambiando de estilos y haciendo crecer mi abanico interpretativo”. Eliana comparte la pasión y el talento de Eleonora; como ella, es egresada del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y supo descollar apenas terminados sus estudios, obteniendo el Premio Elena Smirnova como «Mejor Bailarina». Junto a Iñaki Urlezaga y su ballet, esta joven bailarina se gana la admiración de los críticos que disfrutan de su arte. Al referirse a las metas que se propone en su carrera futura, opina: “Hoy, ser la partenaire de una figura como Iñaki, hace que me plantee metas diariamente. Mi objetivo es lograr realizar cada rol y cada obra, con un nivel de excelencia. Lo importante es esforzarse y aprender, sin dejar de disfrutar todo lo que esta carrera me retribuye”. Para Eliana, su base es lo clásico, “es lo que me apasiona y donde me muevo con confianza, pero además con la Compañía bailamos diferentes estilos, como tango y contemporáneo. Creo que todo depende del contexto, si siento que es el momento y el lugar, no dudaría en interpretar otro tipo de danzas”.

La familia es un tema importante en sus vidas, Cassano es una mujer casada con dos hijos que sabe organizarse para poder compatibilizar las exigencias artísticas y lo puramente hogareño: “Me levanto a las seis de la mañana y me ocupo de mis hijos hasta el momento que van a la escuela. Después me dedico a mi profesión. Tengo la gran ayuda de mis suegros que son bárbaros y una señora que se ocupa de las cosas de la casa. Cuando viajo, si se puede, viajamos en familia”. Entretanto Figueroa, vive otra realidad sin dejar de pensar en formar una familia el día de mañana: “Claro que quiero formar una familia. Creo que es fundamental lograr un equilibrio entre la carrera y la vida personal. Ser bailarina requiere de mucha disciplina y dedicación, esto es algo que aprendemos desde muy chicos y lo incorporamos como natural, es una forma de vivir. Pero lo que nos nutre como artistas, son justamente las vivencias cotidianas y la forma de relacionarnos con la gente que nos rodea. Por eso trato de no descuidar a mis afectos y viajo cada vez que puedo para ver a mi familia, que está en Salta”.

Y, en cuanto a los sueños, desde sus distintas edades y etapas en cuanto a  desarrollo profesional, curiosamente, las dos coinciden en no proyectarse a un futuro demasiado lejano, sino que se sienten felices con lo que están viviendo. Eliana es categórica: “En este momento estoy cumpliendo uno de mis sueños más importantes, poder llevar mi arte por el mundo, es algo que siempre quise. Estoy rodeada de gente a la que admiro, y son ellos los que me ayudan y motivan a lograr los objetivos de cada nueva propuesta. Interpretar tan diversos personajes es un desafío maravilloso. Cada función es una experiencia nueva y la vivo intensamente”. Y Eleonora, ya retirada de la danza clásica, también lo es: “En lo personal mi mayor sueño ya lo estoy viviendo; es poder seguir disfrutando de mis hijos y mi marido haciendo las cosas que me gustan. Y después del retiro, aprender a estar desde otro lugar para poder brindar todo lo que aprendí en mi carrera”.

Para redondear el paralelo entre estas dos exquisitas artistas, cada una de ellas dio su parecer en relación a la otra. Cassano opinó de Figueroa: “Es una bailarina que realmente se la ve exquisita. Le aconsejaría que todo lo que haga o emprenda lo lleve adelante con mucha pasión y dedicación, pero sobre todo que siga brindando lo que tiene adentro, no atendiendo solamente a  la parte técnica; que al verla bailar eso se nota, que siga por ese camino”. En cuanto a Figueroa se refirió a Cassano: “Una de las cosas que admiro de Eleonora es que, después de acompañar a Julio Bocca durante tantos años, logró el reconocimiento del público argentino. Esto le abrió muchas puertas y hasta pudo mostrarse en otras facetas del espectáculo, muy diferentes. Hoy la veo como una persona realizada, tanto a nivel  profesional como en su vida personal”.