A los 5 años Verónica pasaba horas jugando con sus muñecas y diseñándoles vestidos. De hecho, una vez llegó a cortarle un tapado de piel a su mamá para hacer uno igual, en versión mini. Pero esto no es lo único que hoy reconoce haber sacado de su madre; la pasión por la decoración y por la ropa también es compartida.
Su padre fue otra de las personas clave en su formación. Como era del rubro textil y ella cursaba por las noches en la carrera de Escenografía y Vestuario, se consiguió una socia y comenzó a diseñar camisas confeccionadas con telas que le sacaba a su papá: “Era a fines de los años 80; primero se las vendimos a nuestras amigas y luego fuimos a las boutiques del momento”, cuenta Verónica.
–¿Es verdad que el mundo cambia vertiginosamente? ¿Lo ves a través de la moda?
–Cambia muy rápido, pero todo se ve venir. Si trabajás en moda, te das cuenta que lo que te faltó vender, si lo adaptás lo podés poner en la siguiente temporada. Lo ideal es tener estilo permanente y necesitás cambiar para vender; así como también para renovar esperanzas cuando estás en crisis.
–Se habla mucho en moda del “vale todo”… ¿No es un desafío al culto y a la estética personal, a la no-regla?
–No vale todo, lo que pasa es que hoy la moda es muy amplia y va dirigida a diferentes grupos y culturas. Pero si combinás mal, lo hacés siempre y eso no vale.
–¿La tecnología cambió tu modo de trabajo?
–Absolutamente. Es el tema del momento. Hoy no necesitamos movernos para ver tendencias, todo está en internet.
–¿Cuál es el mejor cambio que experimentaste en los últimos tiempos en materia de trabajo?
–Dedicarme a mis propias marcas: lo decidí hace 3 años. Antes, llegué a ser consultora de más de 40 marcas; vivía en auto o en avión. Fueron 10 años en los que viajé más de 100 veces. Pero un día dije basta.
–¿En qué consiste cazar tendencias?
–Como dice mi socia Sole Offenhenden, las tendencias no se cazan, todo es en consecuencia de otra cosa. Hoy, con algunas herramientas como la web, es más fácil. Además, tenemos gente afuera que nos manda data.
–¿La sustentabilidad, con respecto al reciclado, es una moda o una toma de conciencia?
–Acá en la Argentina es moda. Creo que para un cambio de conciencia primero debemos empezar nosotros, en casa. ¿Cuántos separamos la basura?
–En un mundo de tantos cambios, ¿cuál es tu fórmula par manenerte vigente?
–Hay que estar informado permanentemente: leer, investigar tendencias. Para mí, lo más importante es hablar con la gente, trabajar con gente joven te rejuvenece. No hay que creer que el mundo es de una manera; hay que estar abierto a cambiar, salir mucho a la calle.
–¿Qué te produce soledad y qué alegría a la hora de trabajar?
–No me gusta trabajar sola ni en mi casa. Siempre trabajé y logré cosas en equipo, y tengo que agradecer a la gente que estuvo conmigo, que me ayudó a crecer. No creo en el trabajo en solitario.
–¿Cómo te imaginás que podría ser la vestimenta de una persona cualquiera de aquí a 20 años?
–Será más simple, incluso con modernidad, pero con el foco más puesto en los materiales, no tanto en las formas.
Texto: Dolores Caviglia.