En poco tiempo se impuso como una tendencia y lejos de ser un amor de verano, fue aceptado por todas las mujeres y de todas las edades.
Ya nos hemos acostumbrado a los esmaltes de uñas color turquesa o verde, amarillo o azul, violeta o naranja, además de detalles decorativos, como lápices que permiten dibujarles motivos a gusto, stickers y hasta burbujitas de colores. A estas opciones se suman los esmaltes con brillos o glitter, de colores o transparentes, para que se destaquen los destellos. En resumen: hay uno para cada una, según el día y la ocasión.