La alergia es una hipersensibilidad o respuesta exagerada del sistema inmune a una sustancia particular que si se inhala, se ingiere o se toca, puede producir síntomas o manifestaciones características. La sustancia a la que se es alérgico se llama alérgeno y los síntomas provocados son definidos como reacciones alérgicas. Cuando un alérgeno penetra en el organismo de una persona alérgica, el sistema inmunitario responde produciendo una gran cantidad de anticuerpos llamados inmunoglobulina E o IGE.
La tendencia a desarrollar alergia suele tener una base hereditaria, lo que significa que se puede transmitir de padres a hijos. Cuando un padre es alérgico, sus hijos tienen hasta un 40% de posibilidades de padecerla. Si ambos padres son alérgicos las posibilidades de serlo pueden ascender a un 70%. Si la alergia no se presenta en edades tempranas, por ejemplo al año de vida, también se puede manifestar entre los 20, 40 ó 60 años. Pero es importante destacar que, aunque las posibilidades de que se manifieste son elevadas, la alergia no es una enfermedad contagiosa.
Las alergias más comunes en los chicos coinciden, generalmente, con la introducción de algunos alimentos a la dieta, como la leche de vaca o el huevo. Se manifiestan a través de síntomas como vómitos, diarrea y cólicos, y pueden aparecer en la piel eccema y eritema, sobre todo en la zona del pañal.
Más allá del año pueden emerger cuadros bronquiales como broncoespasmos recurrentes, asma alérgico y otros síntomas en nariz, ojos y oídos. Estos síntomas pueden ser conjuntivitis, otitis, o incluso rinitis, que a pesar de lo que suele creerse, pueden llegar a ser reacciones alérgicas.
Las graduaciones alérgicas también varían. Estas pueden ser leves:
* Picor de ojos y nariz.
* Congestión nasal.
* Estornudos.
O más graves, como:
* Dificultad para respirar.
* Reacción anafiláctica que puede afectar varios sistemas de nuestro organismo, como el sistema respiratorio, digestivo y el cardiovascular, incluso con riesgo de vida.
Distinguir alergia de resfrío
Los resfríos son causados por varios tipos de virus, los cuales suelen afectar el aparato respiratorio. No duran más de 7 días y conllevan síntomas generales, como malestar, dolores musculares y, en muchas ocasiones, fiebre. En cambio, la alergia es de instalación más brusca, su duración depende del tiempo de exposición a las sustancias que la causan y puede durar meses. Los síntomas son constantes, persistentes y duraderos, y sin presentar fiebre. Otra diferencia es que la alergia es una patología crónica. No existe una solución definitiva, sin embargo la terapia medicamentosa y los tratamientos desensibilizantes alivian los síntomas y mejoran la calidad de vida. Además es importante reducir o eliminar la exposición a los alérgenos para que las reacciones alérgicas se produzcan lo menos posible.
Las vacunas antialérgicas o tratamientos desensibilizantes ayudan al organismo a construir cierto tipo de “inmunidad” ante alérgenos específicos. Estas vacunas contienen una forma purificada de alérgenos, que se administran en forma de dosis pequeñas de los mismos, aumentando en forma creciente su concentración para lograr el “bloqueo” al alérgeno.
Para poder evitar que aparezcan síntomas en el futuro, es muy importante realizar una consulta, sobre todo si hay un historial de alergias en la familia.
Como descubrir las alergias
* A través de la historia clínica y la exploración física se pueden determinar antecedentes alérgicos, inicio, tiempo y exacerbación de síntomas en relación a un alérgeno especifico; de la misma manera las manifestaciones clínicas a nivel cutáneo, respiratorio y gastrointestinal, entre otros, pueden determinar los factores antes mencionados. También se puede realizar análisis de sangre, pero teniendo en cuenta que los valores que den alto también pueden ser producto de otras enfermedades como parasitosis, el examen debe ser más completo.
Por su parte, las pruebas pruebas cutáneas se realizan aplicando una cantidad minúscula de alérgeno en la piel del antebrazo, específicamente de aquellos a los que se supone que el paciente es alérgico. La reacción (o su ausencia) se da aproximadamente a los 20 minutos. Esto permite detectar los componentes alergénicos que tendrán las vacunas para realizar el tratamiento hiposensibilizante de alergia, si es que hace falta.
Una vez que el paciente sepa que lo que padece es alergia, puede comenzar un tratamiento desensibilizante o aplicarse vacunas antialérgicas, y también, puede empezar a tomar medidas preventivas en su hogar, para contrarrestar la enfermedad.
Tips
Algunas medidas para evitar los alérgenos como ácaros, hongos y pólenes:
* Evitar alfombras, cortinas gruesas, peluches u objetos que acumulen polvo.
* Utilizar fundas para cubrir almohadas y colchones.
* Evitar que las mascotas entren a las habitaciones.
* Mantener secos y limpios el cuarto de baño y otros lugares donde se formen hongos.
* En época de polinización, tener las ventanas cerradas y evitar actividades al aire libre en horas de máximo apogeo polínico.
* Limpiar frecuentemente los filtros del aire acondicionado.
Asesoró: Dr. Aldo Sperzagni (MN 60.221), pediatra de Fundación Hospitalaria / www.fh.org.ar