Nacida en Dolores hace casi 50 años, Inés Estévez un día decidió partir hacia la gran ciudad, la Capital Federal, y se convirtió en una de las actrices más prestigiosas y queridas del público. Llamaba la atención no solo por su talento, sino también por su belleza. Alta y esbelta, sus bellos ojos de un celeste transparente llamaban y sigue llamando la atención de cualquiera que los mire. Trabajó en múltiples obras de teatro, programas de TV y películas. Pero, ya casada con el actor Fabián Vena, en 2006, sorpresivamente, anunció que dejaba la actuación. En diversos reportajes explicó por qué lo hacía: «Fue una decisión muy meditada. Hace tiempo que tenía la certeza de que este ciclo se iba a terminar. Estaba siguiendo por inercia, no sentía más desafíos«, explicó y agregó cuáles eran sus planes: «Lo que más me gustaría es dirigir teatro, porque es el espacio más parecido al arte«, aventuró, en parte porque «me ha pasado que compañeros actores se acerquen a preguntarme cómo abordar un personaje«.
Desde entonces, fue poco lo que se supo de ella. Por ejemplo que, efectivamente, dirigió teatro y a alguien muy especial, su marido, en 2008, en la obra «Grabado (Tape) – Algunos recuerdos no pueden ser borrados«. Al año siguiente, en 2009, condujo un programa sobre cine en Canal 7.
Finalmente, cuando nadie se lo imaginaba, en enero de 2014 se estrenó la película “El misterio de la felicidad”, de Daniel Burman, protagonizada por Guillermo Francella e… ¡Inés Estévez!, lo que constituyó una auténtica sorpresa. Luego, nuevamente la incógnita, hasta que hace pocos días volvió a la TV, más precisamente en la tira “Guapas”, por El Trece, donde cubre el espacio que dejó la partida de Florencia Bertotti. Desde que entró al programa, su personaje de Silvita es un boom. Como ella misma explica, «Silvita es una persona que emocionalmente no ha evolucionado porque vivió mucho tiempo encerrado con su papá, en Rosario«, afirmó la actriz. Su personaje es medio hermana, por parte de madre, del de Mónica (Mercedes Morán): «No se llevan bien con Mónica, porque hay algunos antecedentes que fueron clave en esa relación, que se irán develando a lo largo de la historia«. Una característica que será esencial para el futuro de la historia y que adelantó Estévez es que Silvita es en el fondo muy frágil, pero que se muestra así porque se ha hecho una coraza muy fuerte para protegerse.
Claro que entre aquel retiro y esta vuelta, sucedieron muchas cosas en la vida de la actriz. Por ejemplo, adoptó dos niñas, Cielo y Vida, con Fabián Vena, de quien luego se divorció en 2013. La novedad es que él ahora va a ser padre con su nueva pareja, algo sobre lo que Inés opinó en un programa de Catalina Dlugi en La Once Diez: “Conservo una buena relación con Fabián. Yo no creo en los conflictos. Creo en los finales de los ciclos. Creo ser lo suficientemente valiente para ver las cosas con claridad y dar los pasos de la manera más fluida posible. No necesito el conflicto para terminar una relación. Y de hecho vamos a seguir ligados de por vida por nuestras hijas”. Y agregó: “A mí nunca me interesó ser madre para completarme. Nunca lo necesité. Creo que hay una diferencia muy grande entre tener hijos y querer ser padre. Querer tener hijos es un deseo que respeto, incluso me maravilla, pero es una cosa más posesiva. Querer ser padre tiene más que ver con estar al servicio de alguien y no poseerlo. Es algo que se ha reflejado en mis vínculos afectivos en todo”. Generosa y confirmando que la relación con su ex marido es realmente amistosa, dijo: “La gente hace una gran diferencia entre los papás biológicos y los papás del corazón. Pero con los hijos biológicos también tenés que crear un vínculo. Es un lindo aprendizaje para todos. Es maravilloso lo que le está pasando. De los dos, el que más necesitó ser padre fue Fabi. Yo no lo tenía como objetivo personal. Creo que el hecho de ser papá ahora y de un varón va a ser algo muy reparador para él”.
Texto: Florencia Romeo