En el espacio 21 de la última edición de Casa FOA, Viviana Melamed planteó un loft de ensueño, respetando la arquitectura existente y el imponente entorno verde en plena ciudad. Como ella misma dice, “partimos de esa realidad y decidimos no imponernos a ella, cruzarla con la modernidad pero desde el respeto”.
Para ello, plantearon un espacio único, apenas sectorizado, trabajando todas las superficies con mucha delicadeza y de manera integral. Comer, cocinar, dormir, leer, estar, cada una de las situaciones tiene su área y se aprovecharon cada uno de los rincones, imaginando también la posibilidad de que esas mismas acciones sucedieran todas o varias de ellas a la vez.
El área de cocinar y comer, recostada sobre una de las ventanas, está definida por dos nichos, uno destinado a cava y utensilios, otro a pileta y vajilla. Estas pivotan sobre un tercer elemento, un cubo de vidrio gris grafito satinado con estructura cruda industrial metálica, que aloja al anafe vitrocerámico y desde donde nace la gran mesa de madera de fresno con lustre oscuro. Contra la ventana, una consola de base metálica y tapa estucada. Finalmente, se ubicó un límite a manera de biombo estructurado, como secuencia de piezas de melamina laca color visón en variedad de espesores, con aplicación de esferitas luminosas metálicas.
Frente a esta área se encuentra el estar, cuyo eje es el sofá Azuchi, tapizado en terciopelo lavado visón con patas de madera cónicas, una mesa baja trapezoidal en fresno lustre oscuro. El estar se extiende atravesando un mueble de apoyo que sirve además como escritorio eventual , hacia una biblioteca que toma toda la altura, dando marco a un rincón con un sillón muy particular con sus tres mesitas estucadas .
Todo este área se apoya sobre una carpeta en fieltro de diseño gráfico, secuencia de rectángulos en colores que van desde el verde oscuro, grises hasta el visón, hielo.
Por último, tomando las otras dos ventanas se resuelve el área de dormir, dos nichos verticales nuevamente con fondo retroiluminado, esta vez para alojar arte, la cama trabajada en tres planos de tela, cuero y tela, y dos desarrollos distintos a manera de mesas de luz, por un lado sumatoria de cajones sueltos desnivelados, del otro dos mesitas irregulares de madera y estucada con patas metálicas cónicas. Sobre la cama una manta con una tela muy delicada, terciopelo teñido batik, apelando a los sentidos.
El piso enlistonado es una nueva propuesta de porcellanato rediseñado, tanto en su textura y colores como en su morfología. Los techos son blancos y sobre ellos solo se hizo una operación de extensión de sus laterales para alojar líneas de led de luz envolvente indirecta.
Se ubicaron muebles alojados en nichos existentes, con fondos retroiluminados, para que la luz aportada al ambiente salga de ellos mismos en un gesto mínimo.
Colores claros, grises, visones, cementos, naturales, algún celeste aguamarina. Maderas intervenidas, melaminas combinadas, vidrios satinados, telas aterciopeladas, alfombras texturadas.
Los muebles y tapicería pertenecen a la nueva colección de Matriz Design. Se enmarcan en dos líneas, una muy sofisticada y otra industrial. En la primera presentamos un sillón individual de forma envolvente tapizado en una combinación de telas aguamarina, el sofá Azuchi en una nueva versión con patas de madera cónicas tapizado en terciopelo lavado visón, mesas de luz individuales apilables en fresno lustre oscuro con cajones, mesa baja trapezoidal con bordes curvos y patas cónicas, mueble bajo longitudinal de madera fresno lustrado con insertos laqueados visón, en la línea industrial presentamos una serie de mesas y consolas con distintas propuestas de patas y bases siempre en hierro laqueado, con tapas estucadas con distintos diseños y otras de madera fresno lustrado, también de línea industrial es la resolución del mueble exento porta anafe realizado en hierro y vidrio satinado gris grafito.
Texto: Florencia Romeo.
Fotos: Federico Kulekdjian / www.fedeku.com.ar