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22 de enero, 2015

El ocio inspirador

Las emprendedoras de “Piezas de descanso” encontraron en el placer y el relax un nicho interesante para desarrollar un original proyecto empresarial.

 

Sin ánimo de ponernos particularmente místicas o espirituales, Ingrid Salgado (34) y Abril Delgado (36) son dos emprendedoras que demuestran que a veces el mejor camino para abrirse camino consiste en mirar(se) hacia adentro y ver qué nos dicta el instinto, porque muchas veces la respuesta está ahí, a nuestro alcance, esperando convertirse en oportunidad.
Se trata de dos amigas que se conocieron cuando cursaban la carrera de Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Lo cierto es que les llevó algunos años darse cuenta de que caminaban por sendas parecidas: “Indagando en situaciones y cosas que nos gustaba hacer a diario, descubrimos que había algo en común entre nosotras y era la manera que utilizábamos para encontrarnos con nosotras mismas y generar nuestro espacio de relax luego de un día de trabajo agotador. Vimos que aquello que nos ayudaba a relajarnos y armonizarnos nos encantaba y así fue que comenzamos a idear Piezas de descanso, con la filosofía de unir el diseño de autor a lo cotidiano, generando objetos para el bienestar que te ayuden a encontrar tu recreo del día”.
Después de muchas tardes de intercambio de ideas, la marca finalmente vio la luz en julio de 2008. Arrancaron con sus pequeños ahorros, sin demasiada inversión, pero con muchísimas ganas de hacerlo. La marca se hizo conocida, principalmente, por el boca en boca en Capital Federal. Esto es, empezaron vendiendo entre los amigos, dejando productos en consignación a locales y participando en algunas ferias. “Hicimos un lanzamiento formal por redes sociales y mediante mailing para hacernos conocer en los locales de diseño de la zona. Después, desde Facebook comenzamos a tener más llegada en el interior del país. Las redes sociales hoy en día son indispensables para tener una comunicación fluida con nuestros clientes y para seguir sumando nuevos fans y que la marca siga creciendo”.
Actualmente sus puntos de venta las representan en todo el país y los productos se comercializan a través de ellos.

Cuestión de rubro
Dada la originalidad de la propuesta, es difícil encasillarlas en un rubro. Lo más fácil es asociarlas a la deco, pero Ingrid y Abril no acuerdan con ello: “Más que deco en Piezas de descanso abarcamos un rubro personal, porque todos nuestros objetos tienen un uso. Diseñamos productos de uso cotidiano con la intención de que cada objeto te acompañe en tu recreo del día: descargarte, hacer fiaca, desenchufarte, hacer una pausa en la cotidianidad de tu casa, la oficina, la facultad, la hora del almuerzo, en un viaje… ¡La vida cotidiana y el placer por encontrar esos momentos de ocio y distensión nos inspira día a día!”.
En cada objeto buscan transmitir ese concepto de vida, con ilustraciones y diseños de su propia autoría: “tomarte tu recreo por un rato estés donde estés”.

Poder de observación
Nos la pasamos mirando, somos como detectives –cuentan las diseñadoras entre risas–. Todo surge de la observación, de mirar a la gente y ver qué necesitan. Hacemos objetos para que encuentren pausas, risas, momentos para compartir ¡y carguen energías! Por ejemplo, llegás a tu casa y te descontracturás con la almohadilla frío/calor, o aprovechás tu hora de almuerzo yendo a la plaza y almorzás sobre la lona disfrutando del aire libre…”.
Si bien ambas son profesionales –son diseñadoras gráficas–, se actualizan permanentemente. “Nos capacitamos todo el tiempo en distintas áreas, hay que aggiornarse todo el tiempo. El mundo gira tan rápido… que es necesario. La universidad nos dio muchas herramientas para tener la habilidad de observar, diseñar y comunicar, pero la formación la seguimos adquiriendo en la práctica laboral y en capacitaciones de negocios. No alcanza con ser diseñador si querés montar un negocio, necesitás de otras herramientas… Esto lo aprendimos a los ponchazos y así fuimos creciendo”.

Proceso de creación/producción
Una vez que detectaron una necesidad, las emprendedoras convierten a la idea en un “qué” seguido de un “cómo” van a hacerlo. “Diseñamos estampas, hacemos molderías, realizamos pruebas de forma, material, etcétera…Y una vez que tanto el diseño como el producto se encuentran óptimos, según nuestras expectativas, pasa a taller y ahí comienza el proceso de corte, confección, control de calidad y producto final”.
El equipo de trabajo es multidisciplinario y a partir de sus conocimientos de diseño gráfico se fueron ramificando hacia otros rubros, como son el diseño textil y el diseño industrial, de acuerdo al producto en juego. “Nos asesoramos continuamente con otros profesionales que aportan sus saberes. En síntesis, nuestra estructura se basa en: diseño, desarrollo de producto, logística y planificación”. Algo así como el abecé de todo emprendimiento.

 

Texto: Florencia Romeo.