El dolor en las piernas puede estar indicando problemas circulatorios, pero rara vez las mujeres consultan al flebólogo cuando no se ven ninguna vena dilatada o arañita. Por lo general llegan a la consulta médica derivadas de otros profesionales, como el médico clínico, que sospecha de una patología venosa.
Las várices o venas varicosas pueden provocar dolor por la misma distensión y el síntoma se llama flebalgia; la estasis (estancamiento) venosa puede provocar picazón y calambres inespecíficos; el signo más común es la sensación de pesadez y edema por la tarde, con una mejoría al levantarse por la mañana o luego de levantar las piernas. La revisión clínica e instrumental – como un ecodoppler– del médico especialista ya descartan si el dolor es o no flebológico.
Si un dolor en la pierna es unilateral, fuerte y aparece bruscamente, no mejora con el reposo y la pierna se hincha, hay que consultar rápidamente porque puede tratarse de un problema venoso serio que es la trombosis venosa.
Médico, sí; automedicación, no
¿Conviene tomar analgésicos si tenemos estos síntomas? En realidad no son específicos para el dolor en las piernas por distensión venosa. En algunos casos la aspirina puede ser beneficiosa por sus mecanismos analgésico y antiinflamatorio débiles, pero debe estar recetada por el médico de acuerdo con el diagnóstico, ya que igual que todo medicamento puede tener efectos secundarios y puede enmascarar un problema más serio, que se retrasa en su resolución de fondo.
La tentación de recurrir a los diuréticos como solución mágica es común, pero es primordial alertar sobre su uso intensivo. En flebología difícilmente se receten diuréticos, sobre todo porque tienen efecto rebote: el organismo los necesita cada vez más. La automedicación con estas drogas, por otra parte, puede provocar la eliminación de potasio con síntomas como debilidad, calambres y hasta arritmias cardíacas. Lo dicho: la palabra autorizada es la del profesional.
La solución para el dolor de piernas y otras sensaciones displacenteras de origen venoso es una estrategia múltiple. Esto abarca varias opciones, que se combinan según cada caso:
– Corregir las causas de sobrecarga y retención de líquidos mediante la nutrición.
– Revisar los hábitos.
– Practicar ejercicio moderado,
– Tratamientos, de gabinete.
Solo en ocasiones, cirugía. La fleboterapia restaurativa es muy eficaz en gran parte de los problemas venosos y en caso de haber insuficiencia de las válvulas de las venas safenas, por ejemplo, se requiere la valvuloplastia.
¡Dato extra!
En un gran número de casos, los dolores de piernas en las mujeres de edad adulta se deben al pie plano, que se acentúa con los años y el sobrepeso. Esto pueden producir contracturas en los pies y piernas, calambres diurnos y nocturnos, dolor en la rodilla y en la columna sacrolumbar.
Información: Dr. Miguel Ángel Gramajo Booth (MN 42.569), médico flebólogo del Centro Flebológico Dr. Gramajo Booth.