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2 de agosto, 2015

Verona, para enamorarse

La ciudad de los míticos amantes Romeo y Julieta es una de las más bellas del norte de Italia. Ideal para hacerse una escapada si estás en Venecia o en camino a Milán.

 

Además de ser bellísima y el sitio donde transcurre acaso la más famosa historia de amor, Verona es historia pura. Fue fundada por los romanos en el año 89 a.C., por lo que tiene algo más de 2000 años. Ubicada en el norte de Italia, es la capital de la provincia homónima y se encuentra a 100 kilómetros de Venecia y a 140 de Milán, lo que la convierte en un destino ideal para no perderse al armar un itinerario por el norte de la península itálica. Está rodeada de colinas y a apenas 30 kilómetros del Lago de Garda, el más grande de Italia. Como es una ciudad más bien pequeña, de escasos 200 km2, donde se pueden ver lugares y monumentos de diversas etapas históricas, puede recorrerse en poco tiempo. Esto explica qua haya sido considerada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, porque entre otros motivos se resalta que ha conservado numerosos monumentos de las eras medieval y renacentista.

Pura historia
La ciudad está rodeada por el río Adige, que sirve como referencia para ubicar algunos de los imperdibles en cualquier recorrido por Verona. Uno de los lugares más emblemáticos es la Piazza delle Erbe, ubicada donde los romanos fundaron el Foro. Está ubicada entre la Vía Mazzini y el Corso Porta Borsari. Su nombre alude a las Hierbas porque aquí se instala el mercado local. Es la plaza más famosa de Verona y concentra varios edificios de gran valor arquitectónico. Uno de ellos, por ejemplo, es la Torre dei Lamberti, construida entre los siglos XII y XV, hoy convertida en el mirador de la ciudad. También se encuentran el Palazzo del Comune, de estilo neoclásico; el Domus Mercatorum, donde hoy funciona la Cámara de Comercio local; la Torre Gardello, el Domus Nova y el Palazzo Maffei.
Otro de los edificios que datan del siglo I d.C. es la Arena, por entonces construida para los combates entre gladiadores y que hoy, desde 1913, es teatro lírico. Mide 152 metros de largo por 123 metros de ancho y es un anfiteatro que puede albergar más de 25.000 personas. También deben mencionarse el Duomo, la catedral construida sobre dos iglesias paleocristianas destruidas por un terremoto en 1117; la catedral de San Zenón, del siglo XII; la iglesia de Santa Anastasia, de estilo gótico, que data del siglo XIII; la iglesia de San Fermo el Mayor, formada por dos edificios superpuestos; la iglesia San Jorge, de estilo renacentista; el Teatro Romano, el puente Scaligero y Castelvecchio, originalmente la vivienda de la familia Scala y hoy convertida en museo.

Romeo y Julieta
Aunque es algo sabido, no está de más recordarlo. “Romeo y Julieta” es una de las obras más famosas de William Shakespeare, pero no existieron en la realidad. Sencillamente, la historia transcurre en Verona, al igual que otra obra del inglés, “Los dos hidalgos de Verona”. De todos modos, en la ciudad hay un par de lugares donde supuestamente vivieron los enamorados más famosos de la literatura mundial. Il Cappello, edificio del siglo XIII, supuestamente era el palacio de los Capuleto, la familia de Julieta y además de ser un imán para los turistas, a este lugar llegan cartas de amor del mundo entero, que por supuesto tiene un balcón. También se puede visitar la tumba de Julieta, en la cripta de San Fransisco al Corso, un monasterio escondido.

Más lugares para visitar
Abundan las plazas en Verona. La más grande es la Piazza Bra, donde se ubica la Arena ya mencionada, el Palazzo Barbieri y el Palazzo Della Gran Guardia.
Uno de los puntos ineludibles es el Museo di Castelvecchio, ubicado en la fortaleza Scala de Castelvecchio, que se comenzó a construir en 1354, para defender la ciudad. Al salir, se puede cruzar el Ponte Scaligero por sobre el río y disfrutar de la ribera. O se puede cruzar el Ponte Pietra y así llegar a Santa Anastasia.
La gran ventaja de Verona es que es una ciudad más bien chica, que puede recorrerse en pocos días, si se está dispuesto a adentrarse y perderse por las angostas callejuelas empedradas, por donde se puede llegar a los modernos negocios o a un viejo palacio. Es lo que tiene Verona: por donde se ande, hay un lugar histórico.

Cómo llegar
Verona cuenta con aeropuerto internacional, una buena vía ferroviaria y excelentes carreteras. Históricamente, ha sido punto de encuentro y ha funcionado como distribuidor, dado que varias vías pasaban por la ciudad. Desde Venecia, se puede tomar el tren en la estación Santa Lucía, que tarda una hora en llegar, a razón de 23 euros por trayecto. También hay trenes regionales más accesibles, que tardan una hora más. Para viajar desde Milán se manejan precios y tiempos de viaje similares.

 

 

Texto: Florencia Romeo.