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13 de octubre, 2015

Cómo elegir libros para los chicos

Cuando los padres quieren ofrecerles material de lectura a sus chicos, muchas veces dudan acerca de qué podrá resultarles atractivo e interesante. Algunas puntas de lo que hay que tener en cuenta.

 

Nos encanta que nuestros hijos lean, pero no siempre sabemos cómo incentivar la lectura. Punto uno, principal y fundamental: si los padres no leen, difícilmente lo hagan sus hijos. Ni aun siendo lectores podrán tener la certeza de que los peques también vayan a serlo, mucho más complicado será que les guste leer si no ven a sus padres hacerlo con regularidad.
Hecha la aclaración, hay algunas ideas interesantes a tener en cuenta al momento de pasar por la librería.

 

LA CALIDAD LITERARIA
* Para reconocer un libro de calidad hay que preguntarse, en primer lugar, si resulta divertido, emocionante, atrapante, interesante o conmovedor para el adulto que lo hojea en la librería. Si es así, seguramente le gustará también al pequeño. Es ley: si aburre al mayor, aburrirá al menor.
* En el caso de los textos narrativos, hay que evaluar si cuentan una buena historia, si generan suspenso y si provocan ganas de seguir leyendo. Si es un poema o una canción, debe tener musicalidad.
* El hecho de que combine de manera sorprendente o especial las palabras de uso cotidiano, que conmueva al lector y provoque risa, tristeza, nostalgia, miedo o ganas de vivir algo igual, por ejemplo, son indicios de que se está frente a un libro que vale la pena.
* Si se encuentran referencias a la propia realidad, aunque la historia suceda en un mundo lejano o de fantasía y si los personajes revelan alguna faceta del ser humano y permiten reflexionar sobre ella, mucho mejor.

 

LAS IMÁGENES
Durante los primeros años de vida, para los bebés y hasta que comienzan a leer los libros son una suerte de juguete y por eso deben ser visualmente atractivos. Las imágenes deben ser realistas y permitir reconocer con claridad los objetos, sobre todo en los libros pensados para los más pequeños. Hay que tener en cuenta que mirando esos libros se los ayuda a decir sus primeras palabras, porque identifican objetos, animales, colores, formas… En los casos de los niños más grandecitos, se les pueden ofrecer ilustraciones más complejas y abstractas.
Pero que sean realistas no significa que las imágenes sean una mera copia de la realidad.  Como buenas obras de arte, deben ser sugerentes y facilitar un despliegue de miradas. Las ilustraciones estereotipadas no aportan al texto, por eso hay que elegir los libros cuyas imágenes ofrecen una visión del artista que las creó.
Además, es bueno que las ilustraciones sean sorprendentes, porque los niños de hoy en día viven en un mundo de imágenes cuyo centro es la pantalla. Por eso, las imágenes que aparecen en los libros deben poder sorprenderlos en algún punto y deben, también, agregar información a la aportada por el texto.

 

LA VARIEDAD
* Es conveniente ofrecerles a los chicos distintos tipos de textos: libros de cocina, de poesía, de rimas, de cuentos, informativos como las enciclopedias, libros “para hacer”, etc. Como se encuentran en pleno proceso de aprendizaje y crecimiento, los niños necesitan conocer distintas formas, usos y funciones del lenguaje y de los libros. Así podrán diferenciarlos e ir desarrollando un criterio propio para elegir lo que más les gusta.
* No confundir libros y lectura con literatura. Una enciclopedia sobre dinosaurios es un libro y es lectura. Otro tanto sucede con un libro con recetas de cocina. Todas son oportunidades para despertar en el chico el interés por un tema o una actividad. Ya leerá cuentos o novelas… o no.
* Por otro lado, la variedad favorece el desarrollo del gusto por la lectura, tal como la variedad de platos favorece el desarrollo del gusto por la buena mesa: puede suceder que un chico diga que no le gusta leer solamente porque nunca dio con la clase de libro que pueda causarle emoción.
* Una buena biblioteca para niños debe incluir cuentos, novelas, poemas, canciones, chistes, biografías, experimentos, informaciones sobre temas diversos, historietas, leyendas, enigmas, juegos, instrucciones. Y dentro de los textos literarios, hay que cuidar que exista una variedad de temáticas: amor, humor, fantasía, terror, ciencia ficción, conflictos humanos, misterio y otros que a los chicos los motiven.
* Para un chico también resulta muy atractivo encontrar los libros que sus padres leían en su infancia.

 

UN PASEO ESPECIAL
Muchas veces, visitar con ellos una librería y darles tiempo para mirar los libros, observando cuáles les interesan y conversando con ellos acerca de sus preferencias, es una buena orientación para elegir los libros que, con el tiempo, irán a quedar grabados en sus recuerdos.
La lectura es un entretenimiento, como el juego. Descubrir las sorpresas que se esconden en cada página de un libro, sentados en la falda de papá o mamá (o en el piso, hay muchas librerías que tienen rincones para que los chicos lean) es una de las actividades que más disfrutan los niños pequeños. Y después, cuando aprenden a leer y las letras revelan sus secretos, el placer y la sensación de descubrimiento se multiplican.

 

CÓMO ACERTAR CON EL LIBRO ADECUADO
* Al elegir libros para un niño, hay que dejar llevar por el propio gusto: qué te emociona, qué te divierte, qué ilustraciones y personajes nos atrapan… Pensemos también en lo que le gusta al niño al que estamos comprando el libro y en lo que está viviendo: ¿le atraen los animales?, ¿le gustan las historias de aventuras y princesas?, ¿acaba de tener un hermanito?, ¿está aprendiendo los colores?

* En los libros para niños es importante tener en cuenta la edad del peque, exactamente igual que en los juguetes. Algar Editorial nos propone una guía muy útil para elegir los libros de los niños según su edad:

 

EDAD POR EDAD
Hasta los 4 años conviene elegir libros en los que debe predominar la imagen, que desarrollará la imaginación de los pequeños gracias a la capacidad de seguir la historia con los dibujos.
* De 0 a 1 año. Son importantes las canciones y los juegos espontáneos. Los libros de cartón, de tela y de plástico para el baño permiten a los bebés manipular los cuentos y adquirir la idea acerca de qué es un libro.
* De 1 a 3 años. Cuentos con historias cortas y estructura repetitiva. Los dibujos tienen que ser expresivos y las narraciones, próximas a su mundo. Libros de conocimiento de colores, conceptos, etc.
* De 3 a 4 años. Libros de conocimiento sobre animales, medios de transporte, números, objetos de la vida cotidiana, etc. Cuentos con historias más largas, pero con trama argumental fácil. Libros manipulables con solapas y desplegables. Algunos traen sonidos, lo que los vuelve muy atractivos. Diccionarios visuales o libros de imágenes que permiten la expresión oral.

A partir de los 4 años se inicia el proceso lector y los libros se tienen que adaptar a la capacidad lectora de los niños.
* De 4 a 5 años. Libros con letra mayúscula o manuscrita (de acuerdo con la escuela) y poco texto en cada página. Poemas con rima. Sigue siendo importante el predominio de los dibujos. Libros de conocimiento con fotografías.
* De 5 a 7 años. Libros con letra grande y de imprenta y dibujos en color en casi todas las páginas. Narraciones con niños como protagonistas. Adaptaciones de cuentos tradicionales.
* De 7 a 10 años. Cuentos maravillosos de hadas y de personajes extraordinarios. Narraciones en las que haya mucha acción. Letra grande e ilustraciones en blanco y negro. Cómics con historias sencillas. Álbumes ilustrados con narraciones singulares y sorprendentes. Libros de poemas con argumento.
* De 10 a 12 años. Libros de aventuras, reales o fantásticas. Narraciones con diálogos abundantes y con algún toque de humor. Libros de conocimiento sobre deportes, personajes o etapas históricas, animales, etc.
* A partir de 12 años. Novelas de hechos reales con personajes de la misma edad. Libros de literatura fantástica. Libros informativos sobre los problemas que les preocupan: las relaciones, las drogas, etc.

 

Asesoró: Fundación Leer / www.leer.org