La majestuosidad de la Cordillera y sus picos siempre nevados son el telón de fondo para el relax, los buenos paseos y la gastronomía, con uno de los mejores vinos del mundo y las termas y el spa que aportan salud y belleza, igual que el paisaje.
¡A BRINDAR!
Mendoza es el sitio ideal para descubrir y cultivarse con el ritual del vino, y gozar el enoturismo, actividad que une el placer del buen beber con los viajes y la gastronomía. La Capital Mundial del Malbec ofrece 140 bodegas abiertas a los visitantes durante todo el año, distribuidas en diversas las ciudades de Mendoza: Luján de Cuyo, Chacras de Coria, el Valle de Uco, Tupungato, San Rafael y Alvear.
La experiencia puede comenzar desde la ciudad, a bordo de un bus que recorre la ruta alrededor del vino, o bien, en tours personalizados por las bodegas más diversas. En todas ellas, expertos enólogos y familias rurales comparten secretos y técnicas ancestrales, entre salas de barriles de roble y viñedos que lucen verde brillante en plena primavera. Las visitas guiadas acercan al proceso de elaboración y ponen a jugar los sentidos al momento de participar de una cata.
Allí sale a luz que el vino es fruto del tiempo, la paciencia y la dedicación. Que la uva blanca madura antes que la negra; que los vinos de calidad se logran mediante la vendimia artesanal, realizada en forma manual con ayuda de tijeras para cortar los racimos, y que para lograr vinos finos se usan cubas y toneles de madera de roble y para los comunes, piletas de hormigón impermeabilizados. Más datos: el proceso continúa con la fermentación del mosto y el orujo durante siete días, para luego filtrar el vino, separar los residuos y prensar el orujo, del cual se obtiene alcohol por destilación. A ello sigue una etapa de fermentación lenta, que dura 15 o 20 días, y después se deja estacionado o en reposo hasta alcanzar su maduración. Cierra el ciclo el fraccionamiento (embotellado, etiquetado y tapado) y distribución.
Tras lo aprendido, cuando el vino llega al punto de servirse y tomarse, tomando siempre la copa del tallo, entra en juego lo concerniente a la degustación, acción de valorar el vino por medio de los sentidos, de forma técnica, analítica y objetiva. Son detalles que aportan a la cuestión vitivinícola y son maridados con sabores locales como el chivito, pan mojado en aceite de oliva, tomillo, orégano, queso de cabra, hasta compotas, dulces regionales, membrillo, alcayota y uvas, que colman paladares.
Por todo ello pasear entre viñedos, participar de la cosecha y conocer las bodegas, es una experiencia enriquecedora de la manera que se viva. Conocidos y compartidos los secretos de la Bebida Nacional, en cualquiera de sus opciones, resta brindar y gozar los magníficos paisajes cordilleranos.
ARMONÍA EN CACHEUTA
La estadía en la provincia se puede combinar con una visita a las termas de Cacheuta, ubicada a 38 kilómetros al sudoeste de la ciudad capital.
En un marco de ríos, montañas y mucho aire puro, el complejo termal se destaca por la calidez de las aguas, que tientan a sumergirse apenas llegados y regalan su acción beneficiosa en cuerpo y espíritu. A ello siguen tratamientos de olivoterapia, vinoterapia y masajes, inmersos en los aromas de esencias frutales, que relajan tanto como contemplar el paisaje. Hoteles cinco estrellas y temáticos entre vides, espacios boutique exclusivos, casonas rurales, restaurantes internacionales y de cocina de autor aguardan para explorar todas las opciones; y los spas con vista a los viñedos despliegan a la perfección las posibilidades que brinda este viaje, en el que se disfruta la calidez mendocina.
Más información: www.argentina.tur.ar
Otras notas de Mendoza en nuestra web:
http://mujercountry.biz/2014/05/de-paseo-por-mendoza/
http://mujercountry.biz/2014/12/camino-a-las-bodegas/
Texto: Esteban Eliaszevich.
Fotos: Ministerio de Turismo de la Nación.