Llega fin de año y los obstetras ya saben cuál es la pregunta de rigor entre sus pacientes: “¿Me puedo ir de vacaciones?”. La respuesta, en principio, es sí. Cualquiera de los problemas que puede tener una mujer durante el curso de un embarazo, pueden ocurrir en su casa o en un destino turístico. El avión, el mar, el tren o las sierras no empeoran las condiciones. Por supuesto, esto es válido para embarazos normales, sin contratiempos. Pero… sí, por supuesto hay un pero.
Lo que se debe analizar –y hacerlo de manera exhaustiva– es el lugar al que se iría en relación a las vías de comunicación, la infraestructura de salud y los servicios de urgencia locales. Un ejemplo sencillo: no es lo mismo una estancia en el medio del campo, a 40 kilómetros del pueblo más cercano, que Mar del Plata, Puerto Madryn, Bariloche, Salta o Iguazú, donde hay una infraestructura que dará contención y atención a la embarazada en el caso de una contingencia. Puede parecer exagerado, pero quizás la pregunta a hacerse es: “Si por algún motivo tuviera una pérdida o se adelantara el parto, ¿en este lugar tendría donde atenderme?”.
Ahora vamos a casos concretos. Un embarazo a mitad de camino es un riesgo. Ante un parto prematuro, mejor tenerlo en la maternidad asignada o elegida y con el equipo médico con el que nos atendemos. Más adelante, ya hacia el final, es probable que no haya complicaciones, pero si se adelantara y tuviéramos que tenerlo en el lugar de veraneo, podemos convenir en que no es lo mismo Pinamar que Miami, porque habrá que quedarse unos días y, nuevamente, no es lo mismo el propio país que el extranjero. ¿Un vuelo de 10 horas con un bebé de 1 semana? Difícil que lo acepte una compañía aérea… Si ese fuera el caso, ¿estamos en condiciones de quedarnos durante un mes en otro país? En ese sentido, un destino cercano permite trasladarse sin problemas.
Opciones recomendables, entonces: destinos dentro del país, de los que se pueda volver en auto en pocas horas; una quinta en las afueras del lugar donde se vive; grandes ciudades antes que playas desiertas.
De todos modos, sea cual fuere la opción elegida, en estos casos más que nunca es vital la contratación de un seguro médico.
Texto: Florencia Romeo.