La maternidad comienza en el momento de la concepción. En esta circunstancia, se emprenden los primeros mil días del bebé, una ventana de oportunidad para construir una vida saludable e influir en su salud futura. El rápido crecimiento y desarrollo del bebe durante el embarazo, la lactancia, alimentación complementaria y hasta los dos años de edad, implican un aumento de la necesidad de nutrientes. Por lo tanto, es esencial asegurar una alimentación adecuada y completa durante este período crítico para garantizar su máximo potencial físico, intelectual y emocional.
Durante el embarazo es necesario que la madre lleve una dieta completa y equilibrada para proporcionar al bebé los nutrientes indispensables para que crezca sano y para construir reservas para el período de lactancia. Se recomienda consumir:
Cereales, harinas y legumbres: preferir siempre los integrales y moderar el consumo de panificados. Estos aportan energía para el crecimiento del bebé.
Verduras y frutas: 5 porciones al día, utilizando verduras y frutas cocidas y crudas (prestando especial atención a su higiene), de diferentes colores. Una de las frutas debería ser un cítrico. Estos alimentos brindan minerales, vitaminas y fibra.
Lácteos: se recomiendan 3 porciones de lácteos por día. Son la principal fuente de calcio.
Carnes y huevo: se recomienda variar entre carnes blancas y rojas, seleccionando cortes magros y retirar la grasa visible antes de su consumo. Pueden incorporarse hasta 3 huevos semanales y se sugiere el consumo semanal de pescados. Aportan hierro y proteínas de excelente calidad y omega 3.
Aceite: es necesario por su aporte de grasas saludables, se recomienda consumirlo crudo como condimento.
Hidratación: se recomienda consumir 8 vasos de agua por día, también pueden incorporarse caldos de verdura, jugos naturales o licuados de frutas con agua o leche, e infusiones suaves como té o mate cocido, evitando el exceso de café y el consumo de alcohol, ya que resultan inadecuados para el bebé.
Actividad física: es importante realizar actividad física diariamente. Esto ayudará a aumentar de peso en el embarazo de manera adecuada.
Lactancia: la leche materna es el mejor alimento para el bebé, ya que contiene todos los nutrientes necesarios y lo protege contra enfermedades e infecciones. La Organización Mundial de la Salud, recomienda una lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad. Para una lactancia exitosa, se deben continuar con los hábitos alimentarios adquiridos en el embarazo, evitar dietas restrictivas, hidratarse correctamente y recordar que la producción de leche implica un gasto energético y una necesidad de nutrientes mayores a las del embarazo.
A los 6 meses del bebé: el desarrollo neurológico y digestivo del bebé es adecuado para comenzar con la introducción de alimentos que complementen la leche materna. En esta etapa, el bebé incursiona en un mundo de nuevos sabores y texturas. Cada comida implica un nuevo aprendizaje, por lo que es importante que quien lo alimente se encuentre sereno y explique al bebé qué es lo que le va a ofrecer. Se debería comenzar por papillas de cereales o vegetales enriquecidos con leche materna o fórmula recomendada por el pediatra. Se sugiere agregar a la papilla 1 cucharadita de aceite y alimentos ricos en proteínas (carnes o huevo) primero procesados y luego, en pequeños trozos.
A partir del año: el bebé se incorpora a la mesa familiar. Este es un período en el que los requerimientos nutricionales de los niños son elevados para hacer frente a su rápido crecimiento. Las comidas que se ofrezcan deben contener todos los grupos de alimentos en cantidades adecuadas. Se recomienda no agregar sal ni azúcar a las comidas debido a que gran parte de los hábitos de la adultez surgen de esta etapa. De esta manera también cuidamos su salud futura.
Lo que hagas y comas durante los primeros mil días hace la diferencia para el resto de su vida.
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