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30 de septiembre, 2018

Claudia Romero, creadora de @amasa.madre: “Siempre se puede recomenzar en la vida”

Es diseñadora de interiores y una de las “panaderas” más famosas de Instagram. Cuando quedó viuda con dos hijas pequeñas, a los 30 años, empezó a amasar para ellas y lo convirtió en una forma de vida.

“Soy la cuarta de cinco hermanos, una familia muy alegre y unida, en mi casa, se escuchaba música, se cantaba y se comía. Mi madre no amaba cocinar, pero no le quedaba otra: nos gustaba comer, ¡sobre todo a mi padre! Creo que por eso a todos mis hermanos nos encanta cocinar”, cuenta Claudia Romero, hurgando en las raíces de una pasión que hoy es su forma de vida. Aunque ella es diseñadora de interiores, profesión que ama y ejerce, combina la vocación con esta otra gran pasión que la llevó a convertirse en, lo dice todavía muy sorprendida, ¡instagrammer! Sí, más de 35 mil seguidores la convierten en una de las panaderas –que no son de la tele- más famosas.

Pero la historia de cómo empezó esto tiene que ver con su vida: se casó muy joven y a los 30 años enviudó con dos hijas muy pequeñas, Milagros y Clarita, entonces de 6 y 2 y hoy de 32 y 28. “Con mis hijas chicas y con una situación económica  más ajustada, luego de enviudar, amasaba y cocinaba todo para ellas, las que encantadas probaban y eran mi «jurado». Me daba inmenso placer hacerlo, era terapéutico y un gran ahorro. Las facturas y medialunas eran las preferidas de los fines de semana”, cuenta ahora, veintipico de años más tarde.

-¿Y cuándo se volvió oficio?
-En el año 2000, viviendo en mi pueblo, Magdalena, y junto a una pareja que había formado luego -casualmente con el hijo de su maestra del jardín, donde empezó a amasar- y, muy entusiasmados los dos, compramos una panadería fundida con horno a leña. Él ingeniero y yo diseñadora, montamos todo a pulmón y así comenzamos. En el pueblo pensaban que nos fundiríamos, pero fue un éxito. Mantuvimos el personal de la cuadra, él llevaba la administración y yo, además de estar en la estética del local, comencé a hacer cursos, a perfeccionarme, hacia las compras a proveedores, desarrollaba las recetas de las productos y me dedicada a la parte de pastelería y facturas. Al principio, Me levantaba de madrugada a amasar, hasta que fui enseñando a los chicos de la cuadra mis recetas, ellos aprendían de mí nuevas recetas y yo de ellos el oficio y a trabajar en gran producción, con un horno a leña.

Luego de diez años la vendieron y se dedicó muchos años a la ambientación de eventos, he tenido un emprendimiento de desayunos a domicilio y hoy se dedica junto a una socia (Soledad Kluj) a asesorar, capacitar y desarrollar productos para una cadena de heladerías de zona sur, trabajo que le encanta. Además de dar talleres y cursos de panadería.

-Emprendiste una y otra vez…
-Amo emprender y siempre estoy creando nuevas ideas, ese es mi motor, el estar en constante cambio me entusiasma y me motiva a investigar y aprender.

-¿Cómo es un día en tu vida?
-Hoy, mis días se dividen entre obras de diseño y remodelación, viajo a Florencio Varela, una o dos veces por semana a trabajar en Vía Cosenza (asesoramiento), preparo el contenido y las recetas para mis post en @amasa.madre, el instagram en donde transmito mi amor por la panadería y dejo tiempo libre para disfrutar de otras cosas y viajar, que me apasiona. Amo la panadería, hacer panes y probar nuevas formas de hacerlos es mágico, tiene un lado emocional que me atrapa, hace unos años comencé con la Masa Madre, que es un fermento natural, como se hacía antiguamente, antes de la creación de la levadura industrial,  que ya en mi panadería se usaba y no dejo de fascinarme a diario cuando saco un pan del horno, todos son distintos, especiales…

-¿Qué tienen tu panes?
-No sé si los míos son los panes más lindos, ni si mi técnica es la mejor, solo sé que les pongo Amor, paciencia y dedicación, sigo aprendiendo, tomando cursos, leyendo libros. Los que aman hacer pan me entienden, es un mundo fascinante. Y cada día es distinto, todo incide en una masa de pan, el tiempo, la temperatura, la humedad, la calidad de la materia prima. Nada más placentero que sentir el aroma a pan recién horneado en tu hogar, nada como poner sobre la mesa un pan casero. ¡Amasar pan tu propio pan es maravilloso!

-¿Cómo empezaste en Instagram?
-Hace dos años comence pasando  recetas para a mi grupo «Egresadas» por whatsapp y derivó en Instagram y Facebook, nunca pensé que iba a tener tanta repercusión, yo solo jugaba y me entretenía, pero como todo lo que hago: le pongo tanto, tanto, que de ser un juego pasa a ser un «trabajo full time» pero que amo hacer. Hoy entraría en la categoría de «Influencer», según dicen dada la cantidad de seguidores (palabra que me da gracia), pero yo sólo me siento motivadora, «motivator» digo yo. Porque solo busco eso, motivar a otros, desde mi historia de vida, dale un mensaje de que se puede salir adelante, emprender, intentar, comenzar, recomenzar, con los recursos que tengas…. Y me han llegado historias, de mujeres que inspiradas en mi cuenta, hoy viven y bancan una familia amasando panes, eso… me emociona y me conmueve, me llena el alma.

-¿Por qué Amasa Madre?
-Elegí el nombre jugando con las palabras de masa madre, el fermento natural y el acto de amasar. Creo que es un lindo corolario para mi vida, esa soy yo, simplemente. Soy una madre que amasa. Que amasó y amasa todo, no sólo panes, que amaso la vida, como hacemos todas las madres para nuestra familia, a diario, con lo que hay, y un ingrediente que no falta y no falla nunca: amor.

Texto: Ana Césari.