De espaldas al Atlántico, Oporto combina el encanto de su centro medieval con una arquitectura de vanguardia y una agitada vida nocturna. Es la segunda ciudad más importante de Portugal (después de Lisboa) y se caracteriza por sus tonalidades. Casas pintadas en varios colores y un sol que sale y se pone sobre el río Duero, un efecto que hace brillar las aguas durante todo el día brindando una paleta de dorados, verde azules y anaranjados, como si fuera un cuadro.
¿Comenzamos a andar?
Callejones del casco antiguo
El barrio de Ribeira, con sus estrechas callejuelas medievales están llenas de historia. Fueron declaradas Patrimonio Mundial, ubicada al pie del puente de Luis I, se destacan sus casitas de colores. Desde Sé, la catedral románica fortificada, hay una panorámica espectacular de los tejados. Cabe destacar la Rua das Flores, con sus casas con azulejos y balcones, la Igreja da Misericórdia, también cubierta de azulejos, las terrazas de los cafés y las tiendas especializadas. Luego, se puede hacer una visita guiada al espléndido Palácio da Bolsa, cuya gran escalinata lleva hasta el caleidoscópico Salón Árabe. En el Jardim do Infante Dom Henrique vale la pena tomar un respiro antes visitar la Igreja de São Francisco, con su esplendor barroco. Al atardecer, se puede dar un paseo desde el Cais da Ribeira, entre el bullicio de cafés, tascas, puestos y artistas callejeros, hasta el Ponte de Dom Luís I, que cruza el Duero. Tomando algo en el Wine Quay Bar se puede observar cómo se encienden las bodegas de oporto de la otra orilla.
Aliados y Bolhao
El barrio dominado por los bares y la vida nocturna. Donde Oporto sale a comer y de compras. Un barrio muy dinámico atravesado por el boulevard beaux-arts, donde abundan las boutiques, antiguos colmados, cafés con terraza e iglesias barrocas cubiertas de azulejos.
Miraglia y Massarelos
Las pintorescas casas de Miragaia descienden hacia la orilla del río creando un ambiente delicioso para pasear. Entre sus callejuelas, se descubren elevados miradores, bares de antaño y tabernas familiares como las de Vitória. Desde este lugar se adentra al pintoresco barrio judío. El barrio contiguo es Massarelos, mucho más tranquilo. Acá se encuentra el jardín botánico más atractivo de la ciudad, las galerías de la Rua Miguel Bombarda, caracterizada por el aire bohemio y restaurantes consabores de todo el mundo.
Vilanova de Gaiga
En el margen sur del Duero, se ubica esta zona de colinas donde abundan las bodegas; cualquier orientación es buena en las orillas del Duero. Es un viaje al nacimiento del oporto, en el s. XVII, cuando los mercaderes británicos transformaron el vino en la copa de sobremesa por excelencia añadiéndole un chorrito de brandy. Las imponentes bodegas en la otra orilla del Duero permiten hacer visitas a los sótanos llenos de barricas, participar en catas o cenar en terrazas con vistas del centro histórico de la ciudad.
Boavista
Oporto da un salto al siglo XXI en este barrio atravesado por la avenida más larga de la ciudad. Bares, hoteles urbanos y edificios diseñados por Álvaro Siza Vieira y Eduardo Souto de Moura, ganadores del Premio Pritzker. Uno de sus edificios con mayor poder de atracción es la Casa da Música, un diseño futurista de Rem Koolhaas donde actúa la Orquesta Nacional de Oporto. Enfrente, rodeado de tráfico, está el Jardim da Boavista, con sus monumentos, y cerca de allí el Mercado Bom Sucesso, que se llena de tripeiros (portuenses) en busca de ingredientes frescos y de categoría. Cabe destacar el restaurante Boa Nova Tea House, diseñado por Álvaro Siza Vieira, situado en lo alto de un acantilado.