Para los que viven en medio del bullicio de la ciudad, trasladarse a San Isidro es llegar a un sitio lleno de paz, calles empedradas con encanto colonial, caminatas por el río y una variada oferta gastronómica que convierte a la costa del río en una de las zonas favoritas para las salidas nocturnas y de fin de semana.
Una visita obligada es la Catedral, un templo de estilo neogótico cuya edificación data de 1898. Enfrente de la misma se encuentra la plaza principal cuya vegetación predominante está dada por “Tipas” plantadas en el año 1905. Está construida en dos niveles y cabe destacar el Reloj Floral, que fue puesto en marcha en 1913.
Todos los sábados, domingos y feriados hay una feria de artesanos muy pintoresca. Siguiendo sus calles en barranca, el Bajo de San Isidro es un polo bohemio y chic en el que se fueron instalando ateliers de artistas y casas de diseño. El mes de la primavera invita a disfrutar de este recorrido con un espíritu casi de vacaciones para conocer bonitos y exclusivos restaurantes, espacios de diseño, de decoración y arte.
Otras de las propuestas es el Tren de la Costa con sus estaciones de estilo victoriano, inspiradas en las de Gran Bretaña. La bicisenda se extiende de Estación Anchorena hasta Estación San Isidro “R” y es una alternativa interesante para disfrutar un paseo al aire libre visitando las pintorescas paradas. Si te gusta recorrer sitios históricos, no dejes de ir al Museo, Municipal Dr. Horacio Beccar Varela. También conocido como Quinta “Los Ombúes”, la que fuese la casa de Mariquita Sánchez de Thompson durante la época del Virreynato fue testigo de encuentros y veladas con grandes personalidades como el Gral. San Martín, Rivadavia y Juan Martín Pueyrredón, entre otros, fue declarado Monumento Histórico Nacional en el 2007. La barranca del museo es un área protegida desde 2009. Contiguo a ella se encuentra el Mirador de los 3 Ombúes.
A pocos minutos en auto otro imperdible no sólo por su valor histórico sino también por su belleza es Villa Ocampo en Beccar, la que fuera residencia de verano de la familia Ocampo y vivienda de la escritora Victoria Ocampo, fue declarada en 1997 Monumento Histórico Nacional. Otro lugar imperdible es el Hipódromo de San Isidro, uno de los más grandes de Latinoamérica, ocupa 148 hectáreas y puede albergar 100.000 espectadores. Si tenés ganas y aún te queda tiempo, no dejes de llegarte hasta el Tigre y realizar una excursión por el Delta. Hay muchas posibilidades de lanchas colectivas y privadas que permiten descubrir este mágico lugar de Buenos aires, sus islas, costumbres y deportes náuticos.
Si se trata de completar el viaje con una maravillosa experiencia es imperdible alojarse el Hotel del Casco, un palazzo neoclásico de fines del siglo XIX. Tras atravesar sus portones de hierro, una gran galería de columnas le da la bienvenida al huésped. Un patio interno con pisos originales de mosaico y un alto techo vidriado con grandes helechos es el rincón perfecto para relajarse en cómodos sofás de cuero.
Las 12 amplias habitaciones de la casa principal conservan sus grandes proporciones originales, decoradas con valiosos muebles antiguos, arañas de cristal y flores frescas. Sábanas de algodón egipcio, TV por cable, mini bar y equipo de aire acondicionado. Los baños lujosamente restaurados ofrecen modernos amenities y productos de baño de excelente calidad. Entre sus servicios hay una piscina con solárium al aire libre, wi-fi, gimnasio, spa con sala de tratamientos, sauna, salón de lectura con una pequeña biblioteca y estacionamiento. Si bien el hotel no cuenta con restaurante propio ofrece un variado menú de servicio a la habitación. Además pueden disfrutar de un desayuno en el jardín de invierno. Sin duda una perfecta combinación de histórica elegancia, modernos servicios y … muy cerca de la capital.
Texto: Karina Bianco