• Una dieta rica en vitaminas (ensaladas y frutas en colores variados) promueve la salud del cabello.
• Una vida sin estrés ayuda a tener el pelo más sano y brillante.
• No debemos secarnos el pelo con una toalla y friccionarla sobre el mismo porque el pelo se daña. Esto sucede porque el cabello se encuentra húmedo, se hincha y puede absorber hasta el 30% de su peso en agua. Al friccionarlo, se puede lastimar la cutícula y es posible que se dañen las fibras.
• No debemos usar cepillo sobre el pelo húmedo, sino un peine para no resquebrajar el pelo. Esto es así porque con el cepillo se ejerce más fuerza que con el peine. Este último debe ser de dientes anchos.
• Masajear el cuero cabelludo en el momento del lavado es muy beneficiosos porque ayuda a la circulación, permite que el producto se distribuya correctamente y hace que el champú trabaje en profundidad sobre el cuero cabelludo. Lo ideal es hacerlo con movimientos suaves, sin frotar y girando la yema de los dedos en redondo para estimular el bulbo capilar.
• Es normal que luego de un embarazo el pelo se debilite, sobre todo por falta de hierro y calcio, algo normal en esa etapa. Pero la caída solo debe durar entre 3 y 6 meses, de lo contrario, conviene consultar con el dermatólogo.
• Lavar el pelo con agua bien caliente ayuda a eliminar la grasitud. Una clave: si el pelo es muy graso, conviene lavarlo primero con un champú especial para pelo graso y luego dar un segundo lavado con otro más ácido, por ejemplo, con limón.
• El vinagre de manzana es ideal para renovar el brillo del cabello por su contenido en alpha hidroxiácidos. Una receta casera: mezclar 1/2 taza de vinagre de manzana con 1/2 taza de agua, verter sobre el pelo húmedo y secarlo como de costumbre, sin enjuagar, es un recurso seguro para que el pelo luzca más sano.
Texto: Adriana Aboy
Foto: Istockphoto.