A los 20 años
Alrededor de los 20 años la regeneración celular de nuestra piel es perfecta. Las pequeñas imperfecciones asociadas con la pubertad ya no existen y la tez es deslumbrante. Si la piel es normal, los cuidados básicos preservarán su belleza. Evitar los jabones, que deshidratan, y usar sobre todo productos que respeten el pH del cutis. Se recomienda aplicar un producto hidratante tanto en la cara como en cuello y escote y también en las manos. Tratar con especial delicadeza el contorno de ojos.
La piel es joven y está bien tonificada. Se la cuida evitando exponerse al sol sin pantalla protectora. Los rayos ultravioletas son nocivos y pueden arruinar las células de la piel en profundidad, provocando estragos irreversibles a cualquier edad. Más tarde, uno lo lamenta… No dudar en aplicar una pantalla solar de buena calidad.
Si la piel es grasa y con granitos, puede ser debido a un desequilibrio hormonal post-pubertad. En este caso, conviene elegir cosméticos no grasos, hacerse regularmente un baño de vapor facial para abrir los poros de la epidermis y descongestionar la piel con la aplicación de máscaras específicas para piel grasa.
A los 30 años
Alrededor de los 30 años, la regeneración celular y la producción de sebo comienzan a disminuir. Ya aparecen algunas arrugas y arruguitas. Lo mejor es hacer un peeling suave una o dos veces por semana y aplicar una máscara hidratante una vez a la semana. Completar con un bálsamo para contorno de ojos por la mañana y la noche.
Los problemas de pigmentación son habituales a esta edad, porque la piel produce menos melanina. Pueden aparecer manchitas marrones alrededor de los ojos, los labios, sobre la frente, especialmente durante el embarazo, a causa de la píldora o incluso luego de una exposición al sol. Este problema se trata de varias maneras. Las cremas que contienen hidroquinona, sustancia que frena momentáneamente la producción pigmentaria, son una primera solución. Los cuidados a base de vitamina A ácida son otra, excepto en casos de piel sensible, porque entonces se corre el riesgo de que las manchas se oscurezcan más. El tratamiento de la superficie con láser permite unificar el color. En cualquier caso, lo mejor es consultar al dermatólogo.
A los 40 años
Alrededor de los 40 años, la película hidrolipídica de la piel retiene menos los productos hidratantes. La piel pierde más agua y se reseca. Debe hidratársela dos veces al día y aplicar sueros que reafirmen y alimenten en profundidad las células cutáneas.
Las arrugas y arruguitas, los pequeños vasos sanguíneos que se vuelven visibles, y una tez sin luminosidad pueden atenuarse gracias a exfoliaciones regulares. El tratamiento más eficaz es la exfoliación química, realizada por un especialista. Luego hay que hidratar la piel cuidadosamente (así como el contorno de ojos) aplicando máscaras dos veces por semana. Mejor un demaquillador en crema a un gel, que se va con el agua: el hecho de humedecer y secar la cara favorece el desperdicio de agentes hidratantes. La belleza también viene del interior: los antioxidantes contenidos en las frutas y vegetales frescos preservan su juventud. Entonces, de ser necesario, también se pueden tomar complementos vitamínicos.
Las manchas del sol o las manchas de pigmentación pueden borrarse con cremas que contengan un ácido retinoico (vitamina A ácida), hidroquinona, ácido glicólico. Las exfoliaciones químicas y abrasiones con láser también resultan eficaces.
A los 50 años
Alrededor de los 50 años, la regeneración celular disminuye alrededor del 50%. La producción de sebo que permite una hidratación natural se hace más lenta y la capa externa de la piel pierde su flexibilidad. Después de la menopausia la producción de estrógenos disminuye y la piel se vuelve más seca. El colágeno, elemento esencial para el sostén de la piel, se vuelve menos activo, de ahí que la epidermis se vuelva más fina. El uso de cosméticos enriquecidos con AHA (ácidos hidroxialfa) puede vitalizar la producción de colágeno. Los cuidados de base permiten, asimismo, prevenir el envejecimiento cutáneo. Para la limpieza del rostro, utilizar leches o cremas. Evitar las lociones tonificantes que contienen alcohol y cuidar el contorno de ojos y de labios con productos específicos. Adoptar productos para el día y la noche ricos en hidratantes activos y nutrientes e hidratar el cuerpo desde el interior bebiendo suficiente agua todos los días.
Cuando la piel pierde flexibilidad y elasticidad, pueden aparecer pequeños vasos sanguíneos en la superficie. Esas pequeñas imperfecciones se tratan con los especialistas, con ayuda de tratamientos láser o escleroterapia: se inyecta una solución en el capilar, que inmediatamente vuelve a cerrarse.
Asesoró: Dra. Adriana Szapinka, directora de BioZone – Centro de Estética. Médica especialista en medicina estética y antienvejecimiento / www.biozone.com.ar