Son aquellas mujeres que ya fueron it girls en su época pero que no han perdido el espíritu fashionista según pasan los años. ¿Que no se entiende? ¡Oh, claro! ¡Si no sos un o una fashion victim… te cuesta esta jerga! Veamos… no es jeringosa… Empecemos por decir que las it yayas son un canto a la vida.
Su nombre proviene de una modificación del de it girls, mote con el que se señala a las chicas de menos de 30 años que son modelos o relacionistas públicas y que frecuentan el mundo de la moda mostrando su belleza y estilo. Y las it yayas o it abuelas no tienen nada que envidiarle ¡y ni siquiera la edad! Porque mucho de su porte se lo deben al cuidado personal, a la elección en el vestir y el plus que aportan su personalidad y experiencia de vida.
Si reflexionamos un poco, tal vez la existencia de estas mujeres se debe a que, perteneciendo a la tercera edad, conservan un espíritu joven, o quizás sean también la consecuencia de que la vida se alarga cada vez más, de que el género femenino conserva el poder adquirido aunque pasen los años y que la vida activa y la condición de consumidor se prolonga con la edad. Por eso también las it yayas ya son parte del mundo de la publicidad, porque son íconos con los que un público nuevo puede identificarse, público que, además, está siendo revalorizado cada día más. Y al respecto, aquí las palabras del diseñador español Juan Duyós sobre las it yayas: “Ellas no siguen ninguna moda: ellas son moda. Han pasado por los sesenta, los setenta, los ochenta… El comeback y el vintage les dan lo mismo. Visten como les gusta y son una revolución”.
PRIMERO FUE CARMEN
Hubo una vez una jovencita de 13 años que fue descubierta por la mujer de un fotógrafo cuando bajaba del autobus en Nueva York. Esa jovencita sería luego Carmen Dell’Orefice que a los 14 fue modelo de Salvador Dalí para una sesión por la que obtuvo una paga de siete dólares y una pintura del artista. A los 15, protagonizó su primera gran portada: fue para la revista Vogue. Y hace poco, ya a sus 83 (hoy tiene 84), apareció en otra portada, la de la revista New You. Ella es la modelo más longeva del mundo. “He tenido más portadas de revista en los últimos 25 años que en el resto de mi carrera”, cuenta Dell’Orefice en la entrevista concedida a New You, celebrada en el hotel St. Regis, donde empezó su carrera posando para Dalí, y agrega: “fui haciéndome un hueco porque defendí la edad y el pelo blanco”. Hoy Carmen participa en pasarelas, como imagen de marcas (Revlon, YSL, Mugler…), y confiesa que no hace dieta gracias a su gran metabolismo y que mantiene una vida sexual plena.
CON NOMBRE Y APELLIDO
Si al principio fueron algunos nombres que resonaron como algo exótico y curioso hoy las it yayas o abuelas it son cada vez más, y si andamos por la calle con espíritu de cool hunter o cazador de tendencias, veremos que muchas mujeres anónimas ya están adoptando este estilo del que podemos decir que trasciende con creces el ámbito de la moda para expandirse en la vida toda. Trasuntan entusiasmo y energía, se animan a combinar para estar elegantes y suman con tranquilidad una prenda de diseño o de marca con prendas de uso común o alguna reciclada de su guardarropa vintage. Usan lo que quieren y como lo quieren, con criterio práctico y estético.
Una de las figuras que se catalogan dentro del conjunto de las ejemplares it yayas se encuentra la diseñadora de interiores Iris Apfel, que tiene 93 años y es una emprendedora nata. Iris nació en Nueva York, posee su propia línea de accesorios y colaboró con la firma cosmética MAC para la creación de una nueva colección de maquillajes, a lo que acaba de sumar su protagonismo como rostro de campaña de la marca de H&M que la eligió para su campaña al desembarcar en el mercado americano.
Pero las cosas no terminan aquí. Otro responsable de este boom de la madurez con belleza o de la belleza madura es el fotógrafo Ari Seth Cohen, creador del blog Advanced Style, que desde el 2008 retrata mujeres adultas en las calles de Estados Unidos. El blog lo llevó a editar su propio libro, y también a realizar un film documental acerca de estas mujeres que hoy son verdaderas musas.
Y la lista sigue. Hace algunos meses y en el marco de la semana de la moda parisina, Jean Paul Gaultier realizó un mega-show en el que incluyó modelos de la tercera edad que fueron parte de una de las pasadas más aplaudidas y comentadas por la prensa especializada. Otras marcas que se destacaron en este sentido son American Apparel, Louis Vuitton, Marc Jacobs y J.Crew.
Y en esta verdadera revolución, otro nombre que salta a la fama es el de la productora de moda Linda Rodin que tiene 66 años y posee su propia colección de cosméticos, Rodin Olio Lusso. Marcas internacionales como J.Crew y The Row ya pusieron su mira en ella, que además, tiene una importante carrera ya que comenzó como modelo a los 16 años en Italia; en los años 70, en Nueva York, se desempeñó como estilista de la casa Henri Bendel y en los 80 trabajó como editora de la revista Harper’s Bazaar.
Y así como Linda Rodin e Iris Apfel, Jacky O’Shaughnessy es otra de las it yayas famosas. Y justamente en el caso de Jacky, la marca American Apparel la contrató para ser la figura de sus prendas básicas bajo el lema “Advanced Basics”.
¿Otro caso? “La piel es lo que más atractiva hace a una mujer. Pero, para mí, la verdadera belleza reside en el encanto y no tanto en los rasgos físicos. En mi armario, busco un equilibrio que se adapte a mi personalidad. Lo aburrido me mata“, cuenta Paquita Ors. Paquita tiene 81 años y empezó a interesarse en la estética cuando comenzó a vender en su farmacia las cremas antiarrugas que había creado. El éxito de sus productos fue absoluto y lanzó su propia firma, que se consolidó como una prestigiosa marca de la cosmética española. Paquita fue una de las premiadas en el 2011 por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos en la categoría “los medicamentos más innovadores del año y los farmacéuticos más destacados”.
Pero hay muchas más. Entre las famosas, podemos señalar a Yoko Ono, Meryl Streep, Jane Fonda, todas íconos de elegancia y como dice Duyós “estas señoras representan un modelo para una generación de mujeres que tienen un gran peso como consumidoras, pero que no pueden verse representadas por chicas photoshopeadas. Además, son ejemplo para los más jóvenes: su falta de prejuicios a la hora de interpretar la moda las hace muy inspiradoras. La sabiduría, su vitalidad, su elegancia y su libertad a la hora de vestir hace que sean muy admiradas”.