El consumo es hoy el aspecto más importante a considerar antes de decidir la compra de una heladera ya que la incidencia de este artefacto en la factura de electricidad es muy alta. Es fundamental, entonces, elegir electrodomésticos con la clasificación energética A (la más eficiente), ya que consume alrededor de un 50 % respecto a una heladera convencional.
El segundo paso será establecer el tamaño que se requiere en función a la cantidad de personas de la familia. A continuación, detallamos los factores más importantes que tenés que evaluar en el salón de ventas o frente a la computadora:
1-Consumo
En nuestro país se usa una etiqueta comparativa de eficiencia energética la cual contiene información que describe el consumo eléctrico anual, los volúmenes de alimentos refrigerados y/o congelados, la clasificación en estrellas y la clase climática. La etiqueta contiene una escala de eficiencia energética que comprende siete clases de eficiencias distintas, categorizadas mediante letras y colores. Con el extremo superior de la escala de color verde, correspondiente a la clase A, se indica a los equipos más eficientes.
Por otro lado, conviene que la heladera sea “tropical” o al menos “subtropical”. Esa clasificación indica qué temperatura ambiente máxima soporta sin perder la temperatura interna. Esto tiene relación directa con la calidad de la aislación de la heladera. La heladera tropical debe estar indicada con la letra T en la etiqueta de eficiencia energética o en la placa de identificación. Significa que soporta temperaturas ambiente de hasta 43ºC sin perder los valores internos normales de frío. La subtropical (letras ST) alcanza la misma eficiencia con una temperatura ambiente de hasta 35ºC. Las estrellas del freezer indican la temperatura máxima que puede alcanzar el mismo. Es conveniente que la heladera sea 4 estrellas (-24/30ºC); o al menos 3 estrellas (-18ºC). Si tiene menos estrellas, se trata de una heladera con congelador. Esta identificación también figura en la etiqueta de eficiencia energética.
2-Tamaño y capacidad
Estos parámetros están determinados por el espacio disponible para ubicar el artefacto y la cantidad de personas que conforman la familia. La capacidad de una heladera está dada por su volumen interno expresado en litros. Normalmente los fabricantes indican la capacidad total como suma del volumen de refrigerador más el del freezer (considerar cómo están distribuidos entre ambos fríos). Por ejemplo, una heladera de 300 litros se considera pequeña y sirve para dos o tres personas. Una de 360 litros es la medida ideal para una familia tipo. Las de 400 litros o más son las heladeras grandes, ideales para una familia numerosa. Como regla práctica se puede considerar que a partir de los 300 litros (2 personas) hay que calcular unos 30 litros más por cada integrante adicional.
3- Ubicación
La instalación de la heladera en un lugar no adecuado perjudica su funcionamiento y, por lo tanto, aumenta el consumo de energía. Fundamentalmente no se debe ubicar cerca de fuentes de calor. Las distancias mínimas para garantizar una circulación de aire adecuada son 6 cm en las partes laterales, 10 cm en la parte trasera y 20 cm en la parte superior. Se recomienda nivelar el producto levemente hacia atrás, mediante el ajuste de los pies niveladores (para asegurar el correcto cierre de la puerta) y dejar en reposo 12 horas en el sitio que ocupará la heladera antes de conectarla.
4- Tipo de frío
Las heladeras utilizan dos sistemas de refrigeración: no frost (sin escarcha) o de enfriamiento cíclico (convencional). La tecnología no frost evita la formación de escarcha en el freezer mediante un evaporador que enfría el aire dentro del artefacto y le quita la humedad. Es por eso que también se las llama “de frío seco”. El sistema cíclico o convencional genera frío a dos temperaturas distintas, una para el freezer y otra en el refrigerador. Es necesario descongelarlas periódicamente porque producen escarcha.
Fuentes: General Electric, Saiar, Electropuntonet.