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23 de abril, 2016

Viviana Melamed: “La crisis me sacó el miedo a los cambios”

Ávida de desafíos, después de 2001, la arquitecta supo reinventar su profesión y sus anhelos. Y hoy está al frente de Matriz, su propia empresa de diseño de equipamiento y proyectos de interiorismo.

 

 

Corría el año 2001 y la crisis que acechaba al país hacía rato que golpeaba a la actividad de la construcción. Viviana Melamed, arquitecta desde 1984, estaba al frente de un estudio que no escapaba de esa realidad compleja. Por su naturaleza inquieta, aprovechó la falta de trabajo para estudiar y abrirse nuevas oportunidades. “Quería formarme con un perfil más comercial para realizar emprendimientos inmobiliarios”, arranca Viviana. Su papá Mario, ingeniero, era su referente más cercano: “Junto a un grupo de inversores construyó muchos edificios, incluso éste donde tengo el estudio”, recuerda Viviana sentada frente a su escritorio, en la misma habitación en la que tenía el despacho su papá.

Al poco tiempo entendió que ése no era el camino a la vez que verificó que, aún equivocada, la movida tendría éxito. Terminó la maestría al año siguiente y las herramientas adquiridas fueron aprovechadas con otro propósito, que nació de escuchar su voz interior. “La crisis me cambió la cabeza. Exportar era la mejor oportunidad. Entonces pensé en qué sería lo que yo mejor supiera hacer y que pudiese vender afuera”, cuenta. Así nació Matriz, una empresa dedicada al diseño y comercialización de muebles, que llegó a mandar contenedores a Sudáfrica, Guatemala, Chile y Estados Unidos. Un nombre que está cargado de contenido. La matriz es la esencia de la femineidad, el útero. Su sueño había mutado de forma, pero no de contenido.

Viviana goza trabajando, se reinventa una y otra vez. “No tengo miedo a los cambios”, afirma y, como un GPS, avanza “recalculando”. Replantea el objetivo porque lo esencial, para ella, es el viaje. Aprendió a disfrutarlo. “Siempre quise ser arquitecta, desde chica”, asegura. Y recuerda algunas dudas que asomaron en 5to año de la secundaria que la llevaron a hacer un test vocacional, que solo vino a reforzar lo que sentía.  “Fue inconsciente, mi papá me llevaba a la obra a ver el hormigón, me mostraba las cosas que lo ponían orgulloso de su trabajo. Cuando se alinea el lenguaje paterno con tus propios deseos es maravilloso, facilita mucho el arranque”, recuerda emocionada.

Mario Melamed aún la acompaña aunque falleció un año atrás. Sin embargo, del relato de Viviana se desprende una herencia más trascendente: el amor por lo que uno hace y el valor de la responsabilidad y el esfuerzo. En los últimos 15 años, Viviana terminó de consolidar sus anhelos profesionales, dedicándose a la arquitectura de interiores y al diseño de equipamiento. “Hago proyectos para casas y grandes departamentos, fundamentalmente. A veces aparece un restaurante, por ejemplo, y lo tomo como un nuevo desafío”, relata.

Cuidado con lo que deseas… porque puede hacerse realidad. Hace un año, un periodista le preguntó a Viviana sobre sus asignaturas pendientes en lo profesional. A boca de jarro, ella deseó proyectar el interiorismo de un hotel. Hoy, los planetas se alinearon y ¡el deseo está por cumplirse!

El éxito profesional y la maternidad no son incompatibles. Para Viviana más bien un sueño cumplido. Se casó apenas terminó la facultad y fue mamá joven. Hoy sus dos hijas son profesionales y están cursando maestrías en el exterior. La dedicación “full time” al trabajo le quitó tiempo para la crianza aunque sin generar culpas ni reproches. “No tengo reclamos”, dice sonriente. Ella está tranquila porque supo a sus hijas el gran legado del abuelo. Crecieron de la mano de padres que aman lo que hacen.

Viviana ama lo que hace y no podría vivir sin hacerlo. Sin embargo, cuando piensa en la felicidad, piensa en una playa de arena blanca, mar turquesa y ella ahí, mereciéndose: eso sí, “después de un período de mucho trabajo, actividad y responsabilidades”, dice. Y en eso también reside su idea de libertad: “Es saber que los caminos que decido emprender y recorrer están alineados con mis deseos y capacidades”.