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25 de julio, 2016

Paula Cancio: “Tengo al mejor actor argentino en casa”

La bellísima actriz española que se lució en La leona habla de su amor por Miguel Ángel Solá, padre de su hija de tres años, y dice que se enamoró perdidamente apenas lo vio sobre el escenario.

 

“Yo no sé por qué esta mujer me quiere, pero su amor me ha salvado”, dice siempre, algo en broma y algo en serio, Miguel Ángel  Solá, cuando le preguntan cómo fue que un hombre de 66 logró enamorar y sigue enamorando a una bellísima y joven actriz española de 31. O cómo fue, hace cuatro años, cuando él tenía 62 y ella 27. Paula Cancio no le hace caso a los dichos de él. Se enamoró y no hay más que explicar. Se enamoró y la edad es otra cosa. Eso no se puede modificar. Así se enamoró.

Todo pasó a una velocidad impensada. Fue hace apenas cuatro años cuando se conocieron, en Madrid. Paula había ido al teatro a ver a un actor que admiraba desde siempre, el argentino Miguel Ángel Solá. La obra le pareció excepcional y quiso  felicitarlo personalmente. Así que lo esperó al final y se acercó. Tres meses después estaba embarazada y su actor admirado era el padre. Ya con la pequeña Adriana, que ahora tiene 3 años, en 2015 decidieron guardar sus cosas en Madrid y venirse a Buenos Aires para trabajar un poco acá. “Estamos felices. No fue fácil tomar la decisión, pero nos acomodamos rápido y hoy estamos felices acá. No sabemos hasta cuándo. Mi casa, y la suya, es donde estemos juntos y donde tengamos trabajo”, dice con una voz dulce y grave a la vez, y una seguridad sin grietas. Además de la convivencia y la profesión compartida, juntos hicieron de pareja en la recién terminada La leona y también comparten el escenario en El diario de Adán y Eva.

-¿Cómo es esa vida con una hija tan chiquita?
-Aun es muy chiquita y todavía podemos llevarla aquí y allá y se adapta con nosotros, que estamos viviendo entre una orilla y otra. Vamos donde el trabajo y el proyecto nos guste y nos apetezca estar. Es una suerte y un privilegio tener dos puertas enormes abiertas.

-¿Y cómo te resulta Buenos Aires para criar a una niña?
Es una ciudad hermosa para los chicos y hay una cantidad de actividades culturales infantiles y de cosas preparadas para los chicos… Disfrutamos muchos de Buenos Aires con ella.

-¿Cómo fue la experiencia del debut televisivo en la argentina?
-Parece utópico, la verdad, como ha sido todo. Porque entrar de esta manera, por la puerta grande con un programa así y en un horario central, es un lujo. Cuando me llego la propuesta estaba trabajando en un proyecto pero no dude en cruzar el charco porque la verdad es que era muy apetecible tanto la historia como el elenco, maravillosos los dos.

-¿Y trabajar con tu marido?
-Sí, trabajar con Miguel es un lujo… Es un actor increíble. A veces cuando uno lo tienen en casa empieza a naturalizar, pero tengo al mejor en casa. Es un aprendizaje constante trabajar con él, compartir escenario en el teatro y set en televisión.

-¿Qué te enamoró de Miguel Ángel?
-Me enamoró su formar de ser. Miguel es un ser excepcional, de una calidez humana y una generosidad en todo sentido admirables. Estar con él cada día es un regalo inmenso que me enriquece como persona y me hace crecer como mujer. Yo ya lo conocía por su trabajo y ya lo admiraba mucho como actor.

-¿Y cómo actriz?
-Lo que me ha enseñado como actriz y lo que me enseña cada día es a ser libre, a seguir mi intuición; eso es algo que él tiene a flor de piel… Hay algo que él me dijo y que yo no lo había pensado antes que es que hay que escuchar a los personajes, porque ellos son los que saben por dónde van y tienen que ir. Ser libre en eso, soltarme de las ataduras fue un gran aprendizaje.

-Miguel Ángel tiene dos hijas ya grandes, ¿cómo se ensambló la familia?
-Genial, la verdad es que desde el comienzo congeniamos y nos llevamos muy muy bien. Sus hijas son tan maravillosas, y además con la mayor, que tiene 19 años, tengo una proximidad que hace que podamos compartir ciertas cosas. Hemos encajado a la perfección.

-Estás haciendo El diario de Adán y Eva, que antes hizo la ex mujer de Miguel, Blanca Oteyza… ¿Cómo te sentís en ese lugar?
-Creo que somos dos actrices distintas y por lo tanto cada una ha aportado lo suyo a esta obra. No es el mismo texto, porque le hemos hecho muchas modificaciones. Me parece que en ese sentido son dos obras, porque el teatro lo hacen las personas que lo hacen y entonces eso hace que sea diferente cuando cambian los intérpretes. Es una obra hermosa, que habla del amor, y hoy, con todo lo horrible que está el mundo, es más necesario que nunca hablar de amor.

-¿Es distinto el público en la Argentina?
-Yo siento al público argentino con una calidez especial, desde el aplauso hasta las cosas que te dicen una vez que sales y te encuentras que te están esperando. Creo que los españoles transmitimos que nos gusta pero quizá somos un poco más fríos. Aquí sientes el abrazo de la gente y que se esfuerzan por hacerte sentir la devolución.