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14 de marzo, 2017

Gabriela Cosentino, health coach: “Cuando uno aprende a comer, deja de hacer dieta”

Luego de que le diagnosticaran una celiaquía severa y de probar distintas dietas, inició un cambio de alimentación personal. Hoy, cinco años después, es una de las pioneras del health coaching en Sudamérica, una visión holística de la salud nacida en los Estados Unidos que trabaja sobre la bioindividualidad.

 

A los 42 años el cuerpo le dijo basta: estuvo tres días sin poder levantarse de la cama y no tenía ninguna energía. Si bien desde muy chica había tenido una gastritis crónica, sabía que había algo más que eso. Entonces le diagnosticaron una celiaquía severa y una dieta muy estricta, ya que su intestino estaba destruido. Pero dejar de comer alimentos con gluten no era suficiente: seguía sintiéndose mal. Fue entonces que se puso a investigar y empezó a armar su propia alimentación. Así llegó al “health coaching”, una tendencia en salud y alimentación nacida en los Estados Unidos que está llegando a Sudamérica. Ahora, acaba de publicar Health coach.

Hija de un cardiólogo hemodinamista y de una autora de libros de cocina sin colesterol, su educación nutricional siempre había sido buena. “Yo era lo que dice una chica light, creyendo que eso equivalía a sano. Y además hacía deporte. Sin embargo, mi cuerpo puso en evidencia que no estaba saludable”, cuenta Gabriela, que cinco años después de ese momento, acaba de publicar el libro Health coach (Ediciones B).

-¿Qué te impulsó a investigar?

-Empecé a ir de médico en médico porque no encontraba una respuesta completa que me satisficiera. Cada médico o especialista me ayudaba en una parte, desde su disciplina, pero no me daba un cuadro completo. Hasta que encontré una nutricionista que me dijo  que tenía que dejar de comer todo lo que no fuera natural. Y ahí recién empecé a sentirme mejor. Dejé desde la carne hasta todo lo procesado y todas las harinas.

-¿Qué encontraste en el health coaching?

-Justamente el abordaje integral y a su vez individual de la persona. Esto quiere decir, por un lado, que el cuerpo no se ve como un conjunto de órganos sino como una unidad. Y a la vez que atienda la bioindividualidad: cada cuerpo necesita distintas cosas; lo que es sano para uno no es sano para otro. Por eso, no hay una dieta para todos. Por lo que hacer un cambio de alimentación es un cambio de vida. La comida es un vínculo, un estilo de vida, una decisión de vida. Es la única manera de dejar de sufrir “haciendo dietas” y aprender a alimentarse y nutrirse. Es asombroso cuánto cambia en uno alrededor de eso.

-¿Qué se transforma cuando cambia la alimentación?

-La relación con la comida. Alimentarse bien implica una transformación concreta, física y emocional. Lo que cambia es que uno ya no necesita hacer dieta y eso viene con empezar a disfrutar. Con dejar de comer para empezar a alimentarse. Y a partir de eso cambian muchas cosas: en lo físico, la energía, el sentirse bien, el bajar de peso.

-¿Cómo fue que esto se transformó en un emprendimiento?

-Se transformó en mi forma de vida. Yo antes tenía una consultora educativa y trabajaba muchísimo. Justo coincidió que después de enfermarme, por el trabajo de mi marido, nos mudamos a Punta del Este y ahí empecé a dar clases de cocina saludable, a acompañar y asesorar a personas que quieren cambiar su vida, su cuerpo, etc. y a hacer viandas y eventos.

Claves del health coaching

  • Basado en aquello que dijo Hipócrates de “que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento”, en 1992 el estadounidense Joshua Rosenthal creó el Institute for Integrative Nutrition (INN) en Nueva York: en base a su propia experiencia personal comprobó personalmente que haciendo cambios pequeños en su dieta, podía obtener grandes cambios en su vida.
  • Es un asesoramiento personal en salud y nutrición sustentado en la idea de la “bioindividualidad” (cada uno es diferente y por eso necesita una atención especial según sus preferencias, objetivos, forma del cuerpo, tamaño, estilos de vida, personalidad, metabolismo, etc.) y en una visión holística que mira a las personas como un todo y no separadas por partes.
  • Considera que hay dos “comidas”: una primaria, que son las relaciones personales positivas –amigos, familia, afectos-, una carrera u ocupación satisfactoria, la actividad física practicada de manera habitual y una vida espiritual plena; la otra es la secundaria, que al contrario de lo que se podría creer es lo que se ingiere.
  • La primera y la segunda comida se completan y complementan, ya que según el health coaching no sirve de nada comer frutas, verduras y semillas si no se hace ejercicio o si no se está conectado con uno mismo o si no se está conforme con la vida personal y profesional. 

Cuatro reglas generales:

  • Evitar lo procesado e industrializado. Cuanto menos productos envasados, mejor.
  • Buscar productos orgánicos, especialmente en frutas, verduras, legumbres y harinas.
  • Cambiar los cinco productos blancos: arroz blanco por integral, azúcar refinada por rubia, harina blanca por integral, arroz blanco por integral y sal común por sal marina o del Himalaya.
  • No hacer una dieta estricta a rajatabla el equilibrio es comer sano el 80 % del tiempo y darse algunos gustos el 20 % restante.