Norman Oppenheimer (Richard Gere) es un hombre de negocios de poca monta. Un charlatán que pulula por Manhattan buscando conexiones con las altas esferas. Un día entabla amistad con un joven político, candidato a Primer Ministro israelí. Tres años más tarde, cuando este se convierte en un líder mundial influyente, la vida de Norman cambia dramáticamente. Para bien. Y para mal…
Mirá el trailer
Duración: 117 min.
Estreno: 2 de noviembre.
Más sobre el film
Richard Gere nos recuerda que en algún momento fue algo más que un ídolo para mujeres maduras, y lleva a cabo su mejor interpretación en mucho tiempo. Un personaje sin verdadera identidad, ni siquiera oficina o domicilio que los demás conozcan, siempre pateando las calles o colándose en lugares de interés (oficinas, actos públicos e incluso fiestas privadas). Un charlatán que, por circunstancias de la vida y de la corrupción política, acaba transformándose en una suerte de redentor que se sacrifica por los pecados ajenos.
Los espectaculares escenarios neoyorquinos son utilizados con sabiduría por el director Joseph Cedar, creando -adrede- una atmósfera no del todo realista, algo opresiva y con cierta cualidad onírica que nos ayuda a empatizar con el personaje, pero que también potencia su enigmática naturaleza.
El director
Joseph Cedar ha escrito y dirigido la historia de Norman Oppenheimer como reimaginando un relato arquetípico que se repite a lo largo de la Historia y de la literatura desde hace miles de años: el Judío de Corte. «La historia de un Judío de Corte resigue una estructura clásica» ‒comenta Cedar‒. «Un judío se cruza con un hombre que finalmente resulta alguien poderoso, pero lo encuentra cuando se halla en horas bajas. El judío le ofrece al hombre un regalo o un favor, y cuando éste alcanza el poder, incorpora al judío a su corte. Éste prospera y se convierte en un asesor privilegiado, hasta que deviene objeto de rencores y antagonismos, en cuyo instante el duque o rey, o lo que quiera que sea, no tiene inconveniente alguno en deshacerse de él. Se ha convertido en una carga y es fácil desembarazarse del mismo».