Todo empezó cuando era apenas una nena: tenía 6 años y su fanatismo por Flavia Palmiero la llevó a convencer a su madre para que la llevara a un casting: quería conocer a la conductora. Lo que no esperaba era que la seleccionaran. Pero así paso. Desde entonces, su vida ha transcurrido en sets de televisión: desde Grande Pa, pasando por la serie infantil Chiquititas y de ahí en más novelas para adolescentes y tiras y novelas prime time sin parar. Literalmente: hasta que a los 26 años quedó embarazada de su primera hija, Luna, no paró. Después nació el varón, Milo, y paró, aunque un poco menos. Ahora, con los chicos ya de 8 y 5 años, vuelve a ser una tira en la que es “la” protagonista y eso la tiene muchas horas fuera de su casa. Pero está feliz: “Amo mi profesión y me costó más parar en su momento que trabajar mil horas”, admite la actriz, protagonista d ela nueva tira de Telefé Fanny La Fan. Para el personaje tuvo que abandonar el pelo corto que había tenido en los últimos años y volver al largo, porque tiene que parecer diez años menor.
-Te criaste en un set de televisión… ¿Cómo fue eso?
-Totalmente. Desde que entré a los 6 años no salí más. Y desde los 8 hasta los 25 estuve en Telefé, que fue como mi segunda familia. Crecí adentro de la tele, haciendo tele, actuando, en la pantalla. Crecí personalmente, porque transité mi adolescencia ahí, y crecí profesionalmente, porque en este canal fue donde hice todo lo más emblemático para ser la actriz que soy hoy.
-¿Cómo es esto de hacer de una fanática de la televisión?
-Hay algo que me une con Fanny, mi personaje, que es el amor por la televisión: yo toda mi vida la hice y Fanny toda la vida la vio. Se crió viendo televisión por un problema de salud que la tenía en la casa. Peroademás hay una unión en mis comienzos, salvando la diferencia de edad: yo arranco a trabajar en televisión porque antes era fanática de Flavia Palmiero, pero fanática insoportable: sabía todas sus canciones y me moría por conocerla.
-¿Y cómo te llevás con tus fanáticos?
-Siempre entendí a los fans. Cuando hacía Chiquititas, que fue lo más imapctante, porque veía a chicos llorar por Mili, mi personaje, y amar las canciones… A mí me pasó. Y tengo una empatía con eso, lo entiendo, hay una conexión que te hace querer a ese personaje más allá de eso.
-¿Seguís siendo fan de la televisión?
-Sí, yo amo la televisión, me encanta hacerla y verla. Verme a mí y ver lo que hacen mis colegas, por supuesto.
-Tuviste que hacer un cambio de look rotundo.
-Sí, me tuve que poner extensiones fijas para poder lograr dar la edad que tiene el personaje, que son diez años menos de los que yo tengo. Y como son extensiones fijas, mi look es el de Fanny todo el día. Me levanto así. Me encantaba el pelo corto pero me gusta tanto lo que estoy haciendo que no me importa.
-¿Tus hijos de qué son fanáticos?
-Ahora son fanáticos de Fanny La Fan… Es la primera vez que son tan conscientes de que la mamá trabaja en televisión. Pero además ahora es un programa que pueden ver. Porque Luna el año pasado venía conmigo a grabar Los ricos también lloran pero a la hora que empezaba el programa, a dormir.
-¿Cómo es el balance trabajo y maternidad?
-Y la verdad es que son muchas horas fuera de casa. Pero lo bueno es que mis hijos ya están más grandes y tienen su rutina. Y el día que termino temprano, llego y ellos se van porque tienen sus actividades. Y les digo: “Quedate con mamá”. Y se van a hacer sus cosas. Soy culposa pero me doy cuenta de que es más un mambo mío que de ellos. Y también saben que mi trabajo es así, que son unos meses de esfuerzo y que después voy a estar un año en casa y me van a querer echar.
-Crecer en la televisión y con programas tan populares podría haberte mareado un poco, ¿qué fue lo que te mantuvo en eje?
-Mi familia, sin duda. Porque cuando yo me creía un poco el cuento de la tele, ellos enseguida me bajaban. Mi familia, mis amigos, mi entorno que no era de la tele. Cosa que les agradezco muchísimo.
-¿Te gustaría que tus hijos fueran actores?
-Sin duda los apoyaría en lo que quisieran hacer. Mi hija es la que quiere ser actriz y la apoyo. Ella estudia piano, comedia musical y canto. Le encanta, pero bueno, más adelante se verá. Y bueno, si es lo que quiere. El varón nada que ver.
-¿Te costó volver después de ser madre?
-Me costó más parar cuando parí. Habían sido veinte años. Y no me resultó fácil quedarme en mi casa, aunque recontra disfruté y elegí tomarte ese tiempo para la maternidad, pero les tocó una madre, o eligieron una madre para venir a este mundo que… La verdad es que yo necesito trabajar en lo que me gusta para desarrollarme y para ser mejor mamá. Yo creo que soy mejor mamá cuando trabajo que cuando estoy en mi casa. Llego con una energía y con unas ganas de estar con ellos increíble. Y les dedico los fines de semana y los disfrutamos. Creo que eso es más importante que estar todo el día.
-¿Cómo es la vida familiar?
-Cuando ellos están en casa somos muy de quedarnos: tenemos una huerta, árboles frutales, jugamos, cocinamos… Y después obviamente los acompaño a las cosas que a ellos les gustan: ahora se vienen las vacaciones de invierno y vamos a ver lo que ellos quieren, obvio.
-¿Te gusta cocinar?
-Me encanta. Cuando tengo un rato libre cocino.
-¿Seguís siendo vegana?
-No, fui vegana y macrobiótica, pero soy vegetariana. Y mis hijos también.
-¿Es difícil para los chicos?
–No, no, es parte de la crianza. Así los educamos, pero tampoco tienen prohibido comer carne. Si me preguntan hoy por hoy, yo les digo que mi elección fue darles siempre lo mejor y creí que lo mejor era no darles carne. En algún momento si tiene ganas de probar, probarán, y serán libres para elegir. Eso también es darles lo mejor.
Texto: Ana Césari.