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31 de agosto, 2014

Cuerpo en movimiento

¿Empezaste a cuidarte en las comidas, con miras al verano? Entonces, es fundamental que acompañes la dieta con ejercicio físico aeróbico.

La caminata es la forma más fácil, barata, accesible y sana de ponerse en movimiento: lo hacemos cuando queremos, no hay que pagar y difícilmente provoque una lesión.

 

El ejercicio aeróbico es aquella actividad física que, por su intensidad, requiere principalmente de oxígeno para su mantenimiento. Durante una dieta, lo que se busca es perder peso, es decir, bajar el porcentaje graso de nuestro organismo, por eso el ejercicio aeróbico es el medio más eficaz.
Existe un amplio espectro de disciplinas aeróbicas a realizar, aunque la que mejor proporción tiene entre el trabajo cardiovascular y el trabajo de musculación es la natación. Si no puede realizarse este tipo de gimnasia, se puede optar por el spinning, ya que es una actividad muy eficiente para mejorar el sistema cardiovascular, perder peso y mejorar las cualidades físicas. Pero, si sos más bien sedentaria, caminar es el ejercicio ideal para empezar a moverse, debido a que es un tipo de aeróbico muy ligero que además tiene grandes beneficios psicológicos. Lo ideal es entrenar de 30 a 60 minutos diarios, si no pueden realizarse todos juntos, hacerlos al menos en bloques de diez minutos. Una vez que ya se tomó ritmo, para bajar de peso hay que hacer ejercicio sin parar durante 45 a 60 minutos. ¿Por qué? A los 20/25 minutos de actividad intensa sin parar, el cuerpo se queda sin glucosa, que es la energía con que se mueve. Entonces, hay unos minutos en los que el organismo “pide” parar, porque no tiene fuerza para seguir, hasta que empieza a consumir grasa, que es la energía alternativa. A partir de los 30 minutos, aproximadamente, es cuando el cuerpo empieza a quemar grasas.

Aunque el horario en que se realiza la actividad física no es lo más importante, sí hay que considerar hacerlo en forma cotidiana. El ejercicio es un pilar importantísimo para combatir el sedentarismo. Tené en cuenta estos tips:

• Si elegís ejercitar por la mañana, además te servirá para prevenir enfermedades degenerativas cerebrales -como Alzheimer- porque es en las horas matinales cuando se reproducen las llamadas “neuronas verdes”, reemplazantes de las células cerebrales agotadas, dañadas o desgastadas.
• Si elegís el mediodía, tené en cuenta que debés realizar ejercicio recién pasados 60 o 90 minutos después de almorzar, para respetar el tiempo de la digestión, ya que la energía está enfocada en este proceso y en este tiempo se absorben los nutrientes que darán la energía para alimentar la masa muscular.
• Si preferís la noche, que no sea muy tarde, ya que no es aconsejable realizar actividad física antes de dormir porque  produce una liberación de endorfinas, que aumentan en sangre y, entre otras funciones, son las responsables de la euforia producidas después del ejercicio físico, lo que  perjudica el descanso.

A cualquier edad, hacer actividad física con regularidad trae importantes beneficios para la salud corporal y mental. Estos son:

– Estimula el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y previene enfermedades del corazón y cerebrovasculares.
– Regula la presión sanguínea.
– Mejora el sistema respiratorio.
– Previene la osteoporosis.
– Colabora en el descenso de peso; forma músculos y disminuye la grasa corporal.
– Aumenta el colesterol bueno y disminuye el malo.
– Ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre, por lo tanto beneficia a quienes tienen diabetes.
– Estimula el buen funcionamiento intestinal.
– Contribuye a reducir el dolor artrítico.
– La persona que se mantiene físicamente activa en general se enferma menos.
– Induce sentimientos de bienestar y placer.
– Aumenta la autoestima y la confianza.
– Produce un efecto antidepresivo.
– Disminuye el estrés, las tensiones y la ansiedad.
– Permite un sueño más tranquilo.
– Favorece el contacto social cuando se realiza en grupo.
– Aumenta el rendimiento intelectual.
– Mejora la vida sexual y emocional.