La vida de Griselda Siciliani es la de cientos de chicas de barrio que tienen un sueño y van por él: nació en Caballito, se crió en Villa Luro y desde que era una nena supo que su vida sería sobre un escenario. Se formó en la Escuela Nacional de Danza, en teatro y canto y ya desde muy joven inició una carrera en el under porteño. Sin abandonar los escenarios, saltó a la televisión y pronto encontró una faceta de actriz de comedia en la que fue creciendo, en popularidad y reconocimiento. Allí también conoció a Adrián Suar y se enamoró del creador de Pol-ka y uno de los hombres más poderosos de la tevé argentina desde que asumió la gerencia de programación de El Trece. Eso fue hace una década. Tuvieron una hija, Margarita, y son felices. Pero ahora llegó la oportunidad que esperaba para volver al ruedo con todo después de la maternidad: un gran protagónico, con dos personajes contrapuestos, donde baila, actúa, canta y se luce. Un detalle: no fue Suar quien se lo ofreció, sino la competencia: la productora Underground, de Sebastián Ortega, y se emite por Telefé.
-¿Se arrepintió Adrián de no haber sido él quien te propusiera algo así?
-No, no, le encanta. Telefé me viene ofreciendo distintas cosas desde hace mucho, pero yo he elegido siempre Pol-ka no por Adrián, sino porque el proyecto de Pol-ka era el mejor. Pero en este caso el de Underground era insuperable. Y ante semejante oportunidad…
-¿Te costó tomar la decisión?
-No había dudas sobre el proyecto y sobre la oportunidad. Pero el tema es que desde que soy mamá estoy un poco reticente a salir mucho de mi casa… Y la verdad es que eso es lo único que me generaba dudas, la cantidad de horas que hacer una tira lleva. Porque ya lo hice. Pero ahí fue Adrián el que me alentó a hacerlo y me dio la garantía de que nos íbamos a organizar los dos para que yo pudiera estar tranquila y hacerlo.
-¿Cómo se hace para estar en el canal que es el rival principal del de tu marido y no competir?
-A él le encanta que yo haga esto, pero obvio que él va a pelear porque gane su canal. Y yo porque gane mi programa. Los dos queremos ganar, claro. Nosotros nos relacionamos mucho a partir del humor y hacemos chistes todo el tiempo. Tipo: “Te voy a destrozar”. Y hacemos apuestas también. Él va a hacer lo que tenga que hacer para ganar. Y si bien competimos, no es una competencia uno a uno. Él es el programador de un canal y yo simplemente soy la protagonista de una tira. Más difícil es competir con otra ficción, porque uno tienen amigos en el otro canal y bueno…
-Se te ve muy sexy y en línea… ¿Cómo te cuidás?
-Me puse a tiro para trabajar, más allá del personaje, porque si bien no tengo una obsesión de tener determinado cuerpo para la vida, sí para trabajar. Y sé perfectamente bien lo que tengo que hacer para estar bien. Así que lo hice y me puse en línea. Pero cuando no trabajo, me como todo y engordo sin preocuparme. Me gusta comer mal y me doy el gusto. Por ejemplo, me gusta desayunar facturas todos los días y lo hago.
-¿Te sentís sexy?
-A veces me veo sexy y a veces no; como todos. Pero sí me hago la sexy. Es un personaje que lo tengo en la cartera de mano y me divierte sacarlo.
-Tenés a tres galanes de pareja: el jovencísimo Nicolás Furtado, Esteban Lamothe y Rafael Ferro. ¿Qué pasa con los celos?
-Adrián, la verdad, es que no me cela mucho. Es un hombre muy inteligente y además se hace un poco el cool también, como que no le preocupa y está muy seguro de sí mismo. Y yo también me hago la cool, porque si no, siendo actores… Pero no se puede negar que es fuerte ver a tu novio chapando y toqueteándose con otro. A mí hay personas que me dan celos y personas que no. Depende. Pero es un tema que manejamos bien.
-Estás interpretando a una mujer “concheta” y frívola y a una chica de barrio. ¿Con cuál te sentís más identificada?
-Creo que tengo un poco de las dos a esta altura de mi vida. Yo nací y me crié en un barrio y eso está en mi esencia, pero mentiría si dijera que sigo siendo aquella chica. Como actriz conozco y me rodeo de ese mundo más superficial al que pertenece Mara, el personaje de la cheta, de la moda y el lujo. Y me gusta todo eso también. Así que tengo de las dos, aunque en los extremos en los que se estereotipan los personajes, estoy más cerca de Nina, que es la chica de barrio.
-¿Qué dice Margarita de que sus padres empapelen la ciudad?
– Para ella es re normal. Todavía no se da cuenta de que no todos los padres trabajan de actores y preguntá: «¿Y en qué teatro trabaja la mamá de fulanita?».
-¿Ella va a mirar El Trece o Telefé?
-A mamá, por supuesto. Porque aunque está de novia con el padre un poco, conmigo también y ella hace lo que hace mamá.