Cuando estamos de vacaciones, nuestra rutina cambia en todos sus aspectos. Es un momento en el que suele reducirse notablemente el nivel de la actividad física diaria, ya sea por abandonar el deporte que realizamos durante el año o por suspender los hábitos diarios de traslados al trabajo, al estudio o por dejar de lado las dietas. Lo cierto es que esto le resulta muy estresante al organismo, que tarda en adaptarse a tantos cambios. Por eso, conviene seguir algunas pautas, para que el descanso sea una realidad.
* Ante todo, prestar mucha atención a la alimentación para no volver con kilos de más de las vacaciones. Para eso alcanza con ingerir entre 2 y 3 frutas de agua por día y consumir mayor cantidad de vegetales, tanto hervidos como en ensaladas, y limitar la ingesta de dulces, carnes y embutidos.
* Durante el verano la hidratación resulta otro factor clave. Hay que beber al menos 2 litros agua cada día, a la vez que elegir menos cantidad de bebidas gaseosas.
* Por otra parte es fundamental hacer ejercicio a diario, para regresar de las vacaciones mejor de lo que las comenzamos. Cada entrenamiento conviene realizarlo en las primeras horas de la mañana, o a la tarde después de las 17, ya que en las horas intermedias la temperatura es demasiado alta, lo que es perjudicial para el cuerpo.
* Una buena noticia: entrenar en temporada veraniega tiene ciertos beneficios, como por ejemplo que los músculos ,al tener una temperatura más elevada que en invierno, permiten que la entrada en calor previa al ejercicio se puede realizar en un menor tiempo. Y si la exigencia de la actividad es acorde al nivel habitual de entrenamiento, el riesgo de lesiones es mucho menor que cuando hay temperaturas bajas.
* Sugerencia de ejercicio: caminatas suaves de 5 minutos (entrada en calor) y luego empezar a subir la velocidad, según el nivel de entrenamiento. También se puede comenzar a trotar, o si se trata de un principiante, mejor arrancar con una caminata enérgica, cada 5 minutos realizar un trote de 1 minuto de duración y luego volver a caminar. Este ejercicio se puede hacer durante 30 minutos. Este entrenamiento es bueno implementarlo a diario. Y a la orilla del mar, resulta más que tentador.
Asesoró: Alejandro Resnisky, profesor de Educación Física.
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